Los presidentes de Guatemala, Honduras y El Salvador pidieron a Estados Unidos un compromiso “a largo plazo” con el desarrollo de esta región, como única forma de poner freno al incesante flujo migratorio, en especial el infantil, que está golpeando la frontera sur estadounidense.

Los tres presidentes, que ayer fueron recibidos por su homólogo estadounidense, Barack Obama, en la Casa Blanca, abogaron en distintos foros por soluciones “conjuntas” y con una “perspectiva humanitaria” a la actual oleada de inmigración infantil, que ha provocado en EE.UU. una auténtica crisis humanitaria.

Obama recibió a los tres presidentes centroamericanos después de que estos mantuvieran un almuerzo de trabajo con el vicepresidente, Joseph Biden, quien ha estado liderando las gestiones internacionales del gobierno de EE.UU. desde que hace un mes saltaran las alarmas por el preocupante incremento del número de niños inmigrantes que llegan solos a suelo estadounidense.

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El presidente de Estados Unidos analizó con los mandatarios centroamericanos las propuestas de su gobierno para atajar la crisis, además de informarles sobre las medidas ya tomadas para proporcionar un trato humanitario a los menores cuando son aprehendidos por las autoridades fronterizas.

La Casa Blanca aclaró que de momento se trata de un “programa piloto”, de dimensiones modestas.