La fecha más importante para la Armada del Ecuador es el 25 de julio de 1941. Lo enfatiza el oficial de Marina de turno que cada año reseña el combate de Jambelí; así emplaza a los miembros de la Fuerza Naval a ser consecuentes con aquel legado heroico. Ayer lo hizo el contraalmirante Fernando Noboa Rodas, inspector general de la institución castrense.

“Casi tres cuartos de siglo han transcurrido desde que el Cañonero Calderón (...) se cubriera de gloria en las aguas del Jambelí, permitiendo flamear victorioso (...) el estandarte de la Marina de Guerra ecuatoriana y el sagrado pabellón nacional”, dijo Noboa en su discurso, luego de que unos 70 oficiales recibieran la Condecoración al Mérito Naval Comandante Rafael Morán Valverde; un grupo en el grado de Comendador y otro en el de Caballero.

El acto antecedió al desfile por los 73 años del episodio.

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Noboa remarcó que el Calderón asestó un certero cañonazo al peruano Almirante Villar y lo obligó a retroceder en su avance por aguas ecuatorianas, en el Golfo de Jambelí, en El Oro.

Y sostuvo que al recordar esa hazaña “se pretende despertar la conciencia marítima del pueblo ecuatoriano”. Subrayó que los más de 1’100.000 km² de mar territorial representan riqueza para el país y que por ello había que defenderla del narcotráfico, piratería, explotación ilegal de los recursos naturales, entre otros aspectos.

El desfile fue presidido por el vicepresidente Jorge Glas Espinel. Pero antes de la marcha de cadetes de las escuelas de la Armadas y de los infantes de Marina, el vicealmirante Luis Jaramillo Arias, comandante General de la Marina y jefe (e) del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas; y Glas pronunciaron discursos.

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Ambos relievaron a los combatientes del 41. El primero expuso la necesidad de cambiar equipos y modernizar tecnologías. Glas, en su momento, aseguró apoyo y destacó que los límites marítimos con Perú, Colombia y Costa Rica están definidos y dio méritos a las cartografías de la Armada.

Jaramillo habló por 17 minutos; Glas, por 18. Fue así que a las 11:11 empezó el desfile en la Primera Zona Naval, a lo largo de 400 metros. Hubo cuatro tarimas, dos para autoridades, oficiales e invitados, y dos para familiares de los marinos.

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Los guardiamarinas de la Escuela Superior Naval Rafael Morán Valverde –el comandante del Calderón– participaron en varios bloques. Hubo también alumnos de las escuelas de Calificación y Perfeccionamiento, y de Especialistas. Ambas de la Armada del Ecuador.

Ver desfilar a los suyos atrajo a mamás, esposas, hermanos... Omar Peña, su esposa Sandra Burgos y la hermana de esta, Solbrisa, aplaudieron a Omar Peña. Pilar Barzola vino de Daule y quiso captar fotográficamente a su cuñado Rolando Alvarado, un cabo segundo de la Armada. María Pinos se emocionó al ver a sus nietos William Oleas y Leonidas Herrera.

César Recalde, de 60 años, también observó el desfile. Él combatió en el Cenepa, en 1995, en el destacamento de Cóndor Mirador. “Todavía tenemos ese espíritu naval”, dijo orgulloso.

Asistentes
Al desfile de la Armada asistieron el viceministro de Defensa, Carlos Larrea; la segunda vicepresidenta de la Asamblea, Marcela Aguiñaga; el fiscal general, Galo Chiriboga; el gobernador Rolando Panchana, entre otros. El presidente Rafael Correa anticipó su inasistencia. Él goza de vacaciones.

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Condecoraciones
Además de las condecoraciones en los grados de Comendador y Caballero, otorgadas a unos 70 oficiales, ocho uniformados recibieron igual distinción, pero en el grado de Gran Cruz.