Es un territorio en constante pugna pues alberga el mayor número de electores del país. Y los líderes de Alianza PAIS (AP) y de la alianza Partido Social Cristiano-Madera de Guerrero (PSC-MG), cada uno por su lado, la consideran su ‘bastión político’. Pero en las últimas dos elecciones, a decir de analistas, Guayaquil mostró que no es el ‘bastión’ de ningún partido. No vota por corrientes ideológicas, sino por dos figuras opuestas: el presidente Rafael Correa y el alcalde Jaime Nebot.

El debate sobre quién poseía el “liderazgo político” en el puerto principal, que hoy cumple 479 años de su proceso fundacional, se intensificó a mediados del 2012, vísperas de las elecciones generales (presidenciales y de asambleístas) del 2013 y de las seccionales de febrero.

A mediados de ese año, el presidente Correa calificó a Guayaquil como “su nuevo bastión electoral” (de Alianza PAIS) por encima de jurisdicciones claves del oficialismo como Cuenca. Esto, porque su candidatura a la reelección tenía una alta intención de voto.

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Esa opinión fue minimizada por el alcalde Nebot, quien aseguró que la única corriente a la que la ciudadanía aspiraba “era el proceso continuo de la urbe” y reafirmó, en varias ocasiones, la acción socialcristiana en la transformación de la urbe.

El analista político Francisco Franco refirió: “El electorado guayaquileño ha manifestado en los dos procesos un voto no ideológico, sino más bien ha votado por el candidato que le ofrece servicios y soluciones”.

El experto indicó que como consecuencia Correa y Nebot han recibido altas votaciones en sus respectivos cargos, porque los ciudadanos “consideran que cada uno, en su ámbito, atiende sus necesidades”.

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No obstante, dijo, las elecciones mostraron también que las agrupaciones por las cuales corrieron aún no logran tener una preferencia permanente entre los electores.

Correa captó en el 2013 el 60,98 % de los votos guayaquileños y su partido alcanzó 11 de los 15 escaños para asambleístas provinciales; Nebot en febrero pasado logró el 59,46 % y su alianza ganó 10 de los 15 puestos en el Concejo.

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“Yo voté por el presidente Correa y por su lista para que lo dejaran trabajar. Ha ayudado mucho a los más pobres. Pero también voté por Nebot y su lista porque creo que ha sido el gestor de la transformación de la ciudad y eso debe continuar”, dijo María Córdova, ama de casa del noroeste de la ciudad.

Para el analista político Antonio Tramontana, ese criterio es común en gran parte de la población, que a más de un partido, vota por los liderazgos que ostentan Correa y Nebot.

“El voto tiene una relación directa referente al protagonismo y liderazgo, luego va acompañado de la obra. Las obras realizadas tienen un peso significativo a la hora de decidir sobre un candidato”, recalcó.

En junio pasado, la encuestadora Cedatos consultó a 806 hogares lo siguiente: “Cuando usted piensa en líderes de Guayaquil, ¿qué nombres se le vienen a la mente?”.

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El 46 % habló de Nebot; el 25 %, de Correa; el 14 %, del exbanquero Guillermo Lasso; el 6 %, del prefecto Jimmy Jairala; el 3 %, del vicepresidente Jorge Glas; y el asambleísta Abdalá Bucaram Pulley y la secretaria de Gestión Política, Viviana Bonilla, con 2 % cada uno.

Militantes de AP y de PSC-MG coincidieron en que sus agrupaciones lograron respaldo popular ligados a las obras ejecutadas en los periodos del presidente y el alcalde.

Cuando Correa fue candidato sumó la mayoría de votos para sus asambleístas. Cuando fue candidato, Nebot pintó de celeste y blanco el Concejo”.Francisco Franco Analista