Pocas horas después del inicio de la complicada maniobra de remolque de "Costa Concordia", el crucero accidentado se encuentra ya rumbo al puerto de Génova, en el noroeste de Italia.

El barco está siendo arrastrado a una velocidad de unos dos nudos (unos 3,7 kilómetros por hora) hacia el norte, y se encuentra ahora a unas seis millas de la isla de Giglio, frente a cuyas costas el crucero se hundió el 13 de enero de 2013, tras chocar con un arrecife.

De las 4.229 personas que viajaban a bordo, 32 murieron, pero un cuerpo nunca fue recuperado. Un buceador murió también durante los trabajos de rescate en febrero.

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"Todo ha funcionado perfectamente, debería llegar a Génova entre la noche del sábado y la mañana del domingo", dijo el ingeniero Franco Porcellacchia desde la isla.

El "Costa Concordia", de 300 metros y 114.000 toneladas, comenzó a moverse en torno a las 11 de la mañana (09:00 GMT) tras ser girado en la dirección correcta. Cuatro remolcadores y varios barcos escoltas lo llevan a Génova, en un trayecto que se espera dure cuatro días.

"Sólo clamaremos victoria cuando lleguemos a Génova", dijo el líder de la agencia de protección civil italiana, Franco Gabrielli, que advirtió contra un "excesivo triunfalismo" y pidió "sobriedad y respeto" por las víctimas del accidente.

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El viaje es monitoreado para controlar cualquier derrame tóxico. Francia mostró su preocupación por una posible amenaza para la isla de Córcega, en su territorio, ya que la ruta prevista del "Costa Concordia" pasa muy cerca. Los ingenieros controlan el recorrido desde una sala de control a bordo.

La llegada del "Costa Concordia" a Génova se espera el domingo, donde unas 1.000 personas trabajarán durante unos dos años en su desmantelamiento. Se espera que se reciclen entre 40.000 y 50.000 toneladas de acero del barco.

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El reflote y remolque del barco supone una hazaña de ingeniería sin precedentes. El proyecto comenzó en mayo de 2012 y los costes superiores a 1.000 millones de dólares serán cubiertos por compañías aseguradoras.

Tras el naufragio, el barco fue estabilizado para evitar que siguiera hundiéndose. En septiembre fue enderezado y el pasado 14 de julio, reflotado bombeando aire en 30 tanques de hormigón adosados al barco.

El capitán Francesco Schettino, que abandonó el buque antes que los pasajeros, está siendo juzgado por homicidio imprudente. Medios italianos publicaron hoy imágenes suyas durante una cena en Isquia, en las que se lo veía bronceado y relajado.