El ministro Coordinador de Seguridad y expresidente de la Asamblea Constituyente, Fernando Cordero, dice que las enmiendas constitucionales que planteó el régimen no afectan derechos humanos ni modifican la estructura del Estado. Y que hay que aprovechar que tienen un Legislativo a su favor para cambiar la Carta Magna.

Cuando asumió el cargo, admitió que no conocía el tema de seguridad. ¿Cómo le ha ido en estos meses?
Los ministerios coordinadores no necesariamente tienen que ser ocupados por expertos porque sino estarían ocupados por un todólogo. La coordinación obliga a escuchar, a veces posiciones no necesariamente coincidentes, y debe propiciar consensos y enfrentar disensos... Creo que el presidente habrá visto las condiciones, yo más bien era el que tenía prejuicios. Humildemente, creo que no desentono aquí, pero sigo pensando que todos los días aprendo, más que enseño.

Será que el presidente necesitaba un político para enfrentar la coyuntura actual, como son las enmiendas constitucionales, una de ellas relacionada con las Fuerzas Armadas, que involucra a su sector.
Para ser ministro hay que ser político. Soy ministro y ser político no es ser una categoría que nos degrade. El otro concepto de político, es más bien el concepto diplomático de la política. En el Ecuador lo que se entiende por político es el que puede hablar hasta con el diablo, sin necesidad de convertirse en endemoniado. Creo que es una falsa acepción de la palabra político. Ser político no significa estar con Dios y el diablo al mismo tiempo porque eso es imposible. Ser abierto, creo que era la condición para ser coordinador.

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Usted fue parte de la Constituyente que elaboró la Carta Magna. ¿Qué opina de que se la quiera enmendar otra vez en seis años?
Solamente los que nada quieren cambiar creen que las obras humanas son inamovibles. Una enmienda es una modificación de la Constitución, la de menor jerarquía. No daña, no modifica una estructura del Estado. Una enmienda no afecta derechos humanos. Entonces es la que más fácil se puede hacer, pero tampoco es un asunto de cambiarla todos los días; yo creo, y esta es una opinión personal, que una mayoría como la que tiene Alianza PAIS en la Asamblea difícilmente será repetible, puede ser que el movimiento vuelva a tenerla, pero una de ese tamaño (100 de 137 asambleístas) es difícil.

¿No se afectan derechos humanos cuando se pide que las Fuerzas Armadas intervengan en la seguridad interna y la Constitución delimita su trabajo a la defensa externa?
Le agregamos la posibilidad de que pueda actuar complementariamente en seguridad interna. Este año, las Fuerzas Armadas sin violación a ninguna ley, sin que nadie se moleste, han apoyado a 30 entidades del Estado. El último proceso electoral tuvo la participación de 16.000 militares para que pueda cumplirse en el tiempo. ¿Dónde está el derecho afectado? Hemos incautado 16.000 armas, por eso logramos reducir de casi 19 muertes por cada 100 mil habitantes a la mitad.

Sin embargo, las acciones que tiene la Policía son de seguridad interna y de las Fuerzas Armadas otras.
En relación con la ciudadanía sí. La formación que tiene un policía es diferente a la que tiene un militar. No estamos diciendo que hay que suplantarle a la Policía. La policía sigue haciendo su trabajo, pero complementariamente, dice la reforma, pueden las Fuerzas Armadas apoyar a la Policía. La Constitución tiene un secreto que no hay que dejar de contar. Hay que entenderla integralmente, esta dice varias veces que las funciones del Estado y los funcionarios públicos tenemos que actuar coordinadamente, ese secretito no hay que dejar de contar a todo el mundo. Esto es solo coordinar, está diciéndose coordinen, mejoren.

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Parecería que se hicieron las cosas al revés. Primero, en el Plan de Seguridad Integral del 2011 se pidió que el trabajo de FF. AA. se regule para que apoye a la Policía; luego se reformó la Ley de Seguridad para que actúen con esta; y ahora se quiere adaptar la Constitución.
La Constitución establece la jerarquía de las normas... Una ley es más fácil de modificar. No es que este rato haya una inconstitucionalidad, he oído esta ridícula versión. La ley lo que hace es ratificar lo que han venido haciendo históricamente las FF.AA. Estamos subiéndole de grado porque si no viene otro Congreso y puede modificar la ley; pero modificar la Constitución no es fácil.

¿Por qué introducir la reelección indefinida cuando no se discutió en la Constituyente?
La frase preconstituyente ‘Que se vayan todos’ nos hacía pensar en Montecristi que lo más democrático, lo que la gente quería, era que no hayan unos eternos, que sean muchas más personas (las que gobiernen). Pero la historia actual nos demuestra otra cosa. En los comicios de hace tres meses se presentan el 70% de los alcaldes a la reelección y pierde la mayoría. ¿Qué valió más: el texto de la Constitución o la voluntad popular? Le aseguro que el menos interesado en la reelección es el presidente Rafael Correa, pero hemos debatido que la política tiene que estar más allá de nosotros. No estamos diciendo que con la enmienda se queda el presidente, no. Apenas se está diciendo que puede ser candidato, los candidatos pueden ganar o perder. La reelección es lo más democrático, no hay contradicción constitucional. Esta dice que las personas pueden elegir y ser elegidas, le estamos devolviendo la capacidad plena al pueblo. No le ponemos límites, si usted quiere reelegir 20 veces a un alcalde, elíjalo.

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¿Así sea Jaime Nebot?
Sí. Nosotros queríamos que gane nuestra candidata, pero Guayaquil eligió al alcalde...

¿Ustedes quieren un periodo más del presidente Correa?
Estamos abriendo la posibilidad. Como lo dice el presidente, si no tenemos otra opción ganadora y él sigue siendo la mejor, tendrá que reconsiderar... Al que menos le interesa la reelección es a él porque no ha sido un presidente de adorno, realmente trabaja sin horario ni calendario.

En una ocasión el presidente habló que sus expresiones en contra de la reelección indefinida se debía a una novatada.
(La reelección limitada) Es una contradicción porque el derecho está en el voto directo y secreto de la gente. Para qué le pongo una restricción si el pueblo tiene la más importante de todas. Le elige o no le elige, no necesita que nadie le limite.

¿Entonces por qué desde la Constituyente no se planteó esta posibilidad?
Hace siete años la palabra que retumbaba en Montecristi era que se vayan todos. ¿Cómo se reflejó eso en la Constitución? Dejemos que sea una vecita repetir, para que surjan nuevos líderes. ¿Dónde están? Esa es una deficiencia de los partidos y movimientos, nosotros incluidos, pero los líderes políticos tampoco se hacen en olla de presión.

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Pero ya van siete años...
Sí, pero deje que de pronto se tienen cuadros políticos que no se da ni cuenta, que están ahí.

Qué le parece que ahora los prefectos dicen no a la regionalización.
Estamos frente a una realidad que es incontrastable. Todo el entusiasmo que se veía en los años 2006 y 2007 de los prefectos que empezaron hace cinco años de su mandato, se ha quedado muerto en el tiempo. Yo les veo quedados, como que perdieron el entusiasmo, como que se olvidaron de la regionalización. Posiblemente están pensando que les haría perder competencias, y a lo mejor tienen razón, puede ser hasta un error de la Constitución. Creo que no ha caminado y lo que se pretende enmendar es el tiempo, dejar abierto para que el Ecuador tome la decisión en el momento oportuno. A lo mejor es un debate que requiere una reforma.

¿Cómo avanza el debate del proyecto de IV libro del Código de Seguridad Ciudadana con la milicia?
Estamos planificando hacer un taller con la Asamblea para buscar un mecanismo que nos permita simultáneamente -es una búsqueda todavía no hay una resolución- de poder continuar con el debate de lo que está aprobado respecto de los tres libros que contiene este proyecto de Código de Seguridad, pero siendo la misma materia, los asambleístas podrían incorporar la materia de este IV libro para que en el informe final de votación del segundo debate pueda incorporarse estas entidades. Porque el IV libro también ha sido distorsionado. Ahí lo único que había relacionado con las Fuerzas Armadas era una transitoria, porque el IV libro no tiene que ver con estas, tiene que ver con el sistema complementario a la fuerza pública, porque en los tres libros anteriores se crean otros cuerpos. Es un tema que lo vamos a trabajar desde el sector de seguridad. Este cuerpo legal es fundamental para no tener leyes sueltas.

Han recibido propuestas del alto mando militar para este proyecto, tomando en cuenta que hubo malestar meses atrás porque esta transitoria no había sido discutida.
En los talleres de discusión con las Fuerzas Armadas hemos discutido con el presidente y está totalmente aprobado, es decir, ese disenso que había que reducir el número de soldados. El tamaño de la fuerza estaba pensado de dos maneras: había un sector que pensaba que había que crecer, imaginaban que después de unos años iban a tener 90.000 efectivos, en vez de decrecer luego de la paz con Perú; y la otra tesis, que era la del gobierno, era que debían crecer, pero de forma cualitativa, de mejoramiento de capacidades. El texto de IV libro tenía una disposición transitoria que trataba de forzar la reducción de las Fuerzas Armadas y no deja de ser un mecanismo interesante que podría mantenerse, ya lo discutiremos en la Asamblea con oportunidad, pero este rato eso es secundario porque ya tenemos un acuerdo explícito entre el gobierno y Fuerzas Armadas que se reduce en número.

¿Qué buscan con la enmienda al artículo 370 de la Constitución, respecto de la seguridad social de las Fuerzas Armadas?
¿Cuál ha sido la cantaleta de la oposición? Les han dicho que la reducción de personal les va a afectar a las jubilaciones de los militares. Estamos haciendo esta enmienda donde se diga que el Estado será el que se encargue de la jubilación. Ese es el concepto, para que no se vuelvan a preocupar. Los militares están felices porque por fin van a tener en la cúspide de la pirámide constitucional, un derecho para estar tranquilos para que no se vuelvan a osar los opositores a irles a desestabilizar. A ir con reuniones a escondidas a decirles que les van a quitar la jubilación.

Hace siete años la frase que retumbaba en Montecristi era ‘que se vayan todos’. ¿Cómo se reflejó eso en la Constitución? Dejemos aunque sea una vecita repetir (el mandato) para que surjan nuevos líderes”.Fernando Cordero, ministro