Testimonios de doce menores que fueron hallados en el albergue La Gran Familia, de Zamora, Michoacán, narran agresiones físicas, largos castigos en un minúsculo espacio sin comida ni agua y la entrega de comida podrida y con cucarachas, y haber sido obligados a mendigar, según dijo Tomás Zerón, director de la agencia de investigación criminal de la fiscalía.

Uno de ellos contó que un trabajador del centro le obligó a realizar “actos sexuales ofreciendo a cambio dinero”, dijo Zerón. En otra acusación contra el albergue, una joven mayor de edad dijo que fue retenida contra su voluntad y sufrió abuso sexual por uno de los administradores que, al saber después que estaba embarazada, la golpeó “para provocar un aborto”, mencionó.

Los trabajadores de limpieza han retirado 20 toneladas de basura esparcida en el centro.

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Cuestionado sobre la responsabilidad de las autoridades mexicanas en la supervisión de este centro, el fiscal general, Jesús Murillo Karam, admitió que “el prestigio que tenía la institución hacía que las revisiones fueran menos intensas”.

La fiscalía también revisó la cifra de niños y jóvenes mexicanos encontrados en el albergue. En total fueron hallados 607; de ellos, 438 son menores de edad y 159 mayores, además de 10 personas a las que no se ha podido aún determinar la edad por su “alto grado de desnutrición”, detalló Rodrigo Archundia, titular de la vicefiscalía.

Algunos de los albergados sí tienen familia, pero fueron llevados al centro porque no tenían cómo sostenerlos. Los padres solo los podían ver tres veces en el año.

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La fundadora Rosa del Carmen Verduzco, conocida como ‘Mamá Rosa’, está detenida y permanece hospitalizada por una crisis nerviosa. Ella reconocía legalmente a los niños como sus hijos. Ayer hubo marchas de solidaridad con Verduzco e inclusive personajes públicos le dieron su respaldo, entre ellos el capitán de la selección mexicana, Rafael Márquez; el expresidente Vicente Fox, el escritor Enrique Krauze y el historiador Jean Meyer.