El cerro Santa Ana representa el corazón histórico de Guayaquil, por ser en las faldas de esta colina el lugar donde se asentaron definitivamente los colonos españoles, en 1547, tras un largo peregrinar por diversas zonas de la región litoralense desde la fundación de la ciudad, el 15 de agosto de 1534.

Hoy, esta parte de la ciudad es una zona turística tras la llegada de la regeneración urbana que transformó las escalinatas Diego Noboa y Arteta, antes considerada zona roja. Ahora priman despensas, restaurantes, cafeterías y locales de artesanías, sitios visitados por turistas nacionales y extranjeros que llegan a disfrutar del acercamiento con el Guayaquil de antes.

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Entre los sitios turísticos destacan el museo naval, el faro y una capilla, un pequeño parque que además sirve como descanso para el ascenso. Y, al final, la vista panorámica de la ciudad y del río Guayas. Para acceder a la cima se tienen que subir 444 escalinatas en total.