Es un estrato rocoso, irregular, formado por la acumulación milenaria de sedimentos en las profundidades del mar. Conocido como Los Goles, esta barrera rocosa con picos se levanta frente a Data de Posorja en Guayaquil (Guayas) y es uno de los impedimentos para que buques con un calado (profundidad de agua que requiere el barco para navegar con seguridad) superior a 10 metros atraviesen sin dificultades el canal de acceso al puerto Libertador Simón Bolívar y a las 13 terminales privadas de carga. Juntas, estas infraestructuras mueven el 82% de la carga no petrolera del país, según cifras del Ministerio de Transporte y Obras Públicas.

Pero no es el único escollo para la navegación: la profundidad del canal de acceso llega a los 8,20 metros en marea baja y sube a 9,75 en marea alta, cuando en la región los calados alcanzan entre 10,7 y 13,8 metros.

Las dificultades son mayores a lo largo de tramos del canal que tienen fondo fangoso como a la altura de la boya 20 y entre la 39 y 62. Allí los buques deben reducir su velocidad (de 15 nudos promedio) o esperar la marea alta, cada doce horas, para entrar sin problemas, refiere Luis Camacho, presidente de la Asociación de Prácticos de Guayaquil (Asoprag), que agrupa a quienes por ley deben guiar a las embarcaciones de bandera extranjera por el canal de acceso.

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La Autoridad Portuaria de Guayaquil (APG) está obligada a mantener una profundidad de 9,6 m en marea baja a lo largo del canal. Desde el 2008, esta labor está a cargo del Servicio de Dragas de la Armada Nacional, para lo cual se han suscrito desde entonces dos contratos de servicios. El actual se firmó el 15 de agosto pasado a un costo de $ 47’602.796 con un plazo de ejecución de 5 años.

Sin embargo, la draga china comprada para el efecto y llamada Río Yanuncay llegó al país ocho meses después. La máquina tiene capacidad para almacenar 7.000 metros cúbicos (m³) de sedimentos en cada operación, que consiste en extraer los sedimentos del canal y llevarlos hasta una fosa natural ubicada frente a la isla Puná. Antes de la llegada de la draga, la Armada trabajaba solo con la Francisco de Orellana, de 1.500 m³ de capacidad.

El dragado de Los Goles, tramo que el Municipio de Guayaquil planea dejar a 11 metros en marea baja con una licitación que se concretará este mes, ayudará a evitar maniobras en zigzag que hacen ciertos barcos para esquivar esta barrera con el riesgo incluso de varar, dice Camacho.

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El dragado a once metros en marea baja en Los Goles, que quedará como una plataforma casi plana, y el del canal de acceso generarían un impacto en la capacidad con la que entran los buques a las instalaciones portuarias.

Pablo Suárez, gerente técnico de Consulsua, consultora que actualizó los estudios entregados en el 2012 a APG para dragar esta formación rocosa, afirma que el paso de 8,2 m a 9,6 m en la baja marea implicaría que los buques ingresen con siete mil toneladas métricas más de peso, lo que equivale a 466 contenedores de veinte pies más en cada barco. Actualmente estos trasladan entre 2.000 y 2.500 teus (contenedores de 20 pies).

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La capacidad de los barcos para entrar o salir con carga sería mayor si el canal de acceso también llegara a tener un calado de 11 metros en marea baja a lo largo de todo el trayecto, necesidad a futuro del puerto para el ingreso de los buques Post-Panamax que circularán por la región a partir del 2016, cuando se prevé que opere la ampliación del canal de Panamá.

Según el estudio de Consulsua, con un canal de 11 m de calado, los barcos tendrán 14 mil toneladas más de capacidad, es decir, mil contenedores de 20 pies adicionales por nave.

Milton Lalama, director ejecutivo de la Cámara Marítima del Ecuador (Camae), considera que con el dragado de Los Goles y si se mantiene el resto del canal a una profundidad de 9,60 m en marea baja habrá espacio para buques de 11 m de calado, los que podrán avanzar con marea alta. “Ahorita no tiene eso, el canal tal como está ahora tiene para buques de 8,20”, dice.

Eso implicaría ganar tiempo en la entrada y salida de barcos y daría mayor competitividad al puerto Libertador Simón Bolívar, que según cifras del MTOP en el 2013 movilizó 11’080.428 toneladas y 1’056.605 teus, aunque tiene capacidad para manejar 3 millones de teus.

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Pese a sus limitaciones de calado, el puerto de Guayaquil se ubicó en el puesto 9 entre 80 terminales de América Latina, según el ranking anual de Cepal.

EL UNIVERSO solicitó una entrevista con APG y la ministra de Transporte y Obras Públicas, Paola Carvajal, a quien se envió un cuestionario por escrito, pero Relaciones Públicas indicó que se enviaría la contestación la próxima semana. APG no respondió la solicitud.

Sin embargo, en entrevista con El Telégrafo publicada el 20 de mayo pasado, Carvajal afirma que el contrato de concesión firmado entre APG y Contecon no incluye la obligación de dragar Los Goles y que “logísticamente no es necesario hacerlo, tal como lo demuestra la productividad del puerto”.

Advierte, además, que el Municipio de Guayaquil no tiene competencia para ejecutar este dragado: “Si lo quiere realizar será bajo su cuenta y riesgo”, añade la secretaria de Estado.

El Municipio sigue adelante con la licitación del dragado de Los Goles, cuyas ofertas se recibirían hasta el pasado viernes y costará $ 17’018.293.

Para financiarlo, las navieras propietarias u operadoras de los buques de tráfico internacional que naveguen por el canal deberán pagar $ 0,085 por tonelaje de registro bruto de la nave, según la ordenanza municipal aprobada en marzo pasado.

Juan Jurado, presidente de la Camae, considera que si se mantienen las condiciones adecuadas de dragado, no habría la necesidad inminente de trasladar el puerto de Guayaquil a otro sitio como lo plantea el Plan Estratégico de Movilidad (PEM) contratado por el Gobierno.

“En todo caso la mayor parte de nuestros asociados no están opuestos a la creación de un nuevo puerto sino al enfoque: no debería ser un puerto que sustituya al de Guayaquil sino que complemente a Guayaquil”, manifiesta Jurado.

Él y Camacho coinciden en que por las condiciones geográficas de abrigo, al ser un puerto interior, Posorja sería la mejor opción a futuro frente a nuevas instalaciones en otra localidad como Chanduy, en la provincia de Santa Elena.

Los involucrados en la actividad portuaria indican que esa condición interior no es exclusiva del puerto de Guayaquil. Los principales puertos del mundo, como Amberes (Bélgica) y Hamburgo (Alemania) tienen canales de acceso de 360 y 110 km de largo, en su orden. La clave está en que sean dragados de forma constante y eficiente.

En el dragado, explica Camacho, no solo hay que considerar la profundidad sino otros parámetros, como el ancho del canal, las amplitudes de la marea (que en el puerto crece en promedio 2 metros), el tráfico de buques y el tipo de fondo. El ancho actual es de 120 m. Pero la técnica dice que debe ser cinco veces el ancho (manga) del buque de mayores dimensiones. Al puerto llegan los que tienen 32 m, por lo que se requiere que el canal sea ampliado a 160 m.

La Asoprag recomienda un sistema de dragado en forma de talud en lugar del método de cajón que se ha aplicado históricamente.

Arnulfo Avellán, presidente de la empresa de practicaje Ecuadorian Pilot Services, plantea que el trabajo de dragado debería estar en manos de los holandeses que son los expertos mundiales en el tema y los que se encargan de mantener la gran parte de los canales de la región.

El último dragado de los holandeses en el golfo de Guayaquil fue en el 2002, con la draga Volvox Hollandia.

Avellán agrega que las dragas empleadas en la actualidad son de menor capacidad para lo que se requiere y propone también que se realice un estudio en la parte sur de Los Goles para considerar una alternativa de entrada al canal de acceso al puerto (ver gráfico). De esta forma, los buques no tendrían que pasar por la formación rocosa.