El expresidente francés Nicolas Sarkozy acusó ayer al sistema penal de Francia de tratar de destruirlo después de que fuera acusado en una investigación por corrupción.

El contraataque del líder conservador se produce horas después de su inculpación por encubrimiento de violación del secreto profesional, corrupción y tráfico de influencias activos, tras permanecer quince horas detenido para interrogatorio, un hecho inédito en Francia para un expresidente.

Sarkozy sostuvo que esa detención revela “una voluntad de humillar”. Cuestionó además la imparcialidad de una de las juezas que lo inculparon, Claire Thépaut, argumentando que pertenece a un sindicato de magistrados de izquierda.