El expresidente francés Nicolas Sarkozy afirmó el miércoles que no cometió "jamás un acto contrario al Estado de derecho" y denunció una "instrumentalización política de una parte de la justicia", después de haber sido inculpado del cargo de corrupción activa.

"Jamás traicioné la confianza" de nadie, declaró el ex mandatario en una entrevista al canal TF1, la primera tras su imputación, que ha causado una auténtica conmoción en el país galo.

En Francia "que es el país de los derechos humanos y del Estado de derecho, hay cosas que se están organizando. Los franceses deben conocerlas" y "juzgarlas" "en conciencia" y "con toda libertad", dijo el exjefe de Estado francés (2007-2012).

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El contraataque del líder conservador se produce unas horas después de su inculpación por los cargos de encubrimiento de violación del secreto profesional, corrupción y tráfico de influencias activos, después que permaneciera unas 15 horas en detención para interrogatorio, un hecho inédito en Francia para un expresidente.

"Grotescos" los cargos que se le imputan

Sarkozy sostuvo que esa detención revela "una voluntad de humillar" y que los cargos de que es acusado son "grotescos". Cuestionó además la imparcialidad de una de las juezas que lo inculpó, Claire Thépaut, argumentando que pertenece a un sindicato de magistrados considerado de izquierda.

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Al preguntársele sobre el caso Bygmalion, firma sospechosa de facturas falsas durante su campaña para la presidencial de 2012, respondió que no hubo nunca "la menor doble facturación".

Afirmó que decidirá "a fines de agosto o principios de septiembre" si vuelve a la política presentando su candidatura a la dirección de su partido, la UMP.

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La inculpación de Sarkozy compromete seriamente las esperanzas de tal retorno a la política, en momentos en que pesa sobre él la amenaza de otros casos judiciales.

Los rumores sobre su voluntad de recuperar la jefatura del partido conservador UMP, en la perspectiva de la elección presidencial de 2017, arreciaban últimamente en Francia.

La corrupción y el tráfico de influencias son delitos pasibles en Francia de penas de hasta diez años de prisión.

Otros inculpados

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En la misma causa, fueron inculpadas otras dos personas: el abogado de Sarkozy, Thierry Herzog, y un magistrado del tribunal de casación, Gilbert Azibert.

El presidente francés François Hollande recordó el miércoles los principios de "independencia de la justicia" y de "presunción de inocencia", aludiendo a la inculpación de su predecesor.

Algunos partidarios de Sarkozy denunciaron un "encarnizamiento" judicial "totalmente desproporcionado" respecto a Sarkozy, pero las principales figuras de la derecha se mostraron prudentes.

El ex primer ministro Alain Juppé, también posible candidato a la presidencia en 2017, describió en su cuenta twitter que desea que "la inocencia" de Nicolas Sarkozy sea demostrada por la justicia.