El Camino del Inca, una red magistral de comunicación vial que se extendió a seis países de Sudamérica, fue declarado ayer Patrimonio Mundial de la Humanidad por la Unesco, distinción que reconoce el ingenio de un sistema prehispánico que sorprendió al mundo.

Los senderos que servían al Inca para controlar su imperio (Tahuantisuyo) van desde Argentina a Chile, Bolivia, Perú, Ecuador y Colombia, y estaban unidos por un entramado de caminos que formaban el Qhapaq Ñan (en quechua, Camino Inca). “Este extraordinario sistema de caminos se extiende por una de las zonas geográficas del mundo de mayores contrastes”, entre los Andes, la selva tropical, las costas del Pacífico y desiertos, destacó la Unesco.

El Qhapaq Ñan, la red de caminos más antigua de América, recorría longitudinalmente todo el Tahuantinsuyo a lo largo de la cordillera de los Andes, desde el occidente de Argentina hasta el sur de Colombia. La vía principal tiene unos 6.000 km de sur a norte. Este camino de montaña paralelo al océano Pacífico estaba unido por tramos transversales que incluso llegaban hasta las selvas y al Gran Chaco, en Argentina y Bolivia.

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Toda la red en costa, sierra y selva totalizaba 30.000 km, que interconectaban los cuatro puntos cardinales del imperio con la mítica capital, Cusco.