Cuando las puertas del balcón principal del Palacio Real de Madrid se abrieron este jueves, el rey Felipe VI dio unos pasos al frente para recibir una cerrada ovación de miles de personas congregadas a sus pies.

"¡Felipe, Felipe!, ¡Viva el rey!", gritaba la muchedumbre que llenaba la Plaza de Oriente en el centro de la capital española, con capacidad para unas 40.000 personas.

Unos segundos después, su esposa, la reina Letizia, se ponía a su lado, seguida por sus dos hijas, Leonor y Sofía, de ocho y siete años. La fotografía, ya histórica, se completaba con los reyes salientes, Juan Carlos y Sofía, a los que el nuevo monarca besó en un gesto de cariño ante los españoles.

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Tres generaciones de la monarquía española unidas en el balcón de palacio. El mismo en el que, hace diez años, Felipe y Letizia saludaron juntos por primera vez a los ciudadanos el día de su boda.

En aquella efeméride, que muchos españoles tenían hoy muy presente, los recién casados se dieron un tímido beso en la mejilla.

Hoy el gesto se repitió en el mismo lugar. Y el nuevo rey tomó a Letizia de la cintura en un gesto espontáneo en medio de la solemnidad.

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Felipe VI, de 46 años, recibió hoy el calor de miles de españoles a lo largo de toda la jornada. Cuando llegó a primera hora de la mañana al Congreso de los Diputados, donde juró su cargo ante la Constitución, grupos de ciudadanos lo esperaban ya con aplausos.

Los vítores lo acompañaron también a lo largo del recorrido por algunas de las principales avenidas de Madrid, en el que el rey saludó a los ciudadanos de pie desde un Rolls Royce descapotable, flanqueado por la guardia real.

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"¡Ahí está, qué guapo, qué elegante!", exclamó un grupo de mujeres cuando la comitiva pasó frente a ellas. Al grito "¡Viva el rey!", Felipe se volvió hacia donde estaban congregados sus "fans". "¡Nos ha mirado, qué emoción!", decían en medio de una gran ovación.

"Es un acontecimiento histórico, la continuación de nuestra nación", contaba emocionado a dpa un hombre de mediana edad, tocado por una gorra con los colores de la bandera de España.

A su lado, una anciana de 90 años murmuraba: "Maravilloso, Felipe es maravillo", sin dejar de mirar la calle por la que se alejaba la comitiva.

"¡Mira las niñas, se les ven las cabecitas rubias!", le decía una madre a su hija pequeña, señalando el coche donde viajaban las hijas de los reyes, Leonor y Sofía, justo por detrás del de sus padres.

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Los recuerdos

En medio de un gran dispositivo de seguridad, los ciudadanos que se echaron hoy a la calle para recibir a sus nuevos reyes lo hicieron con más de 100.000 banderines con los colores de la bandera nacional.

Pero también con camisetas, gorras y abanicos, algunos con las imágenes de Felipe VI y Letizia.

"Yo me lo he comprado porque es un recuerdo de un momento muy emocionante", explicó a dpa María Luisa, una mujer que se declara "monárquica de toda la vida".

La capital de España amaneció hoy engalanada con flores, fotografías gigantes de los nuevos reyes y banderas, muchas banderas para dar la bienvenida al nuevo rey.

"Es un hombre sencillo y preparado", dijo de él Manuela, que esperó desde primera hora de la mañana para verle.

"Yo le doy un voto de confianza, ojalá lo haga tan bien como lo hizo su padre. En Latinoamérica, los reyes de España son como nuestros reyes", dijo a dpa Celia, de origen chileno y 66 años de edad.

Tres generaciones

Es una imagen ya histórica, en la que se unen tres generaciones de la monarquía española: la del rey Juan Carlos, que dejó la Corona en manos de su hijo, la del nuevo monarca y la de la heredera del trono, la princesa Leonor.

Fue también uno de los pocos momentos de la jornada en el que se pudo ver a los seis miembros de la familia real juntos, ya que Juan Carlos no asistió a la proclamación de Felipe VI en el Congreso de los Diputados, aunque éste sí le dedicó unas palabras de homenaje y agradecimiento.

Proclamación

Felipe VI juró este jueves su cargo ante la Constitución en una sobria ceremonia celebrada en el Parlamento español. Allí también ofreció su primer discurso a los españoles como rey del país, en el que prometió "una monarquía renovada para un tiempo nuevo".

Tras el acto, Felipe y Letizia recorrieron las calles del centro de la capital española en un Rolls Royce descapotable desde el que saludaron a los ciudadanos que salieron a la calle para verlos.