Rosalía Arteaga, expresidenta de la República del Ecuador del 7 al 11 de febrero de 1997. Ahora directora de la Fundación para la integracion y desarrollo de América Latina (Fidal)

¿Qué piensa de la reelección indefinida de las autoridades de elección popular. Está de acuerdo con una posibilidad de reforma a la Constitución que permita esto?

Yo coincido con lo que manifestó el expresidente de Brasil, Lula da Silva y el presidente de Uruguay, Pepe Mujica en el sentido de ser opuesta a la reelección indefinida. Máximo un periodo y luego dejar a otras personas, a otras mentes que pueden también aportarle al país. Por principio no soy partidaria de la reelección indefinida.

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¿Cuáles son las consecuencias que ve en esta posición?

Las democracias tienen algo diferencial con otros sistemas de gobierno y las repúblicas, los regímenes republicanos se basan en principios como la división de poderes y con la alternabilidad en el poder. Lo rico de la democracia es que un día usted es autoridad y al día siguiente es una persona común y corriente que camina por las calles que hace sus actividades normales. Eso es saludable para los países. Si se mantiene demasiado en el poder, se puede acostumbrar a él. Los pesos y contrapesos que implica el ejercicio de la democracia son positivos. Hemos visto lo que ha ocurrido en diferentes regiones del mundo con regímenes que se han eternizado, que luego se descubre que no fue positivo.

¿Es la primera vez que se plantea la reelección indefinida en el país?

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Se han dado ya casos de varios gobernantes que han querido eternizarse, como el propio Juan José Flores a inicios de la república; creo que en la mente de algunos hubo esta posibilidad.

Usted estuvo cerca del poder, ¿qué es lo que hace cambiar a la gente cuando está en los espacios de gobierno?

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El poder tiene toda una parafernalia alrededor, unas formas que pueden seducir a algunos. Yo fui bastante inmune porque no me aferré de ninguna manera a ninguna posición porque renuncié al ministerio de Educación en muy buen momento, durante el gobierno de Sixto Durán Ballén. No he vacilado en dejar posiciones por principios. En quienes hemos estado en el poder, lo que tiene que primar es el bien común, eso está por encima de cualquier orden personal, partidista e inclusive ideológico.

Cuando fue presidenta, luego de la caída del expresidente Abdalá Bucaram, el extinto Congreso planteó una reforma en la Constitución que no existía como fue el presidente "interino". ¿Por qué se vuelve tan fácil cambiar las reglas?

Hay intereses de carácter económico, personal, político y en mi caso particular de machismo porque fui la única mujer que ha llegado a esos espacios. Cuando asumí la presidencia, porque era un derecho que tenía se dijo que había un vació, que fue creado por los intereses de ese momento y luego vino una modificatoria a la Constitución.

Ahora, en el caso del gobierno actual, que goza de una mayoría legislativa se plantea modificar la Constitución sin pasar por una consulta popular, por ejemplo.

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Cuando se hace una nueva Constitución como la de Montecristi que se dijo que iba a durar cien años -y que no es ad-hoc, o sea no es solo para el momento- no es solo para un beneficio de un partido, de un sector, de una persona, es solo para el beneficio colectivo. Yo no voté a favor de la Constitución, pero ya que está en vigencia hay que respetarla. Si en un momento los constituyentes consideraron que no era bueno una reelección indefinida, eso debería respetarse. No debería hacerse esa modificación constitucional, ni por consulta popular, ni por decisión de la Asamblea, simplemente debe respetarse de lo que se aprobó.

¿Qué es lo peligroso de la reforma a la Constitución?

Este rato hay una venda sobre los ojos de pensar solamente en la reelección, que solamente hay un salvador de la patria. Deben haber voces para alentar que no se dé una reforma constitucional que no es beneficiosa. Si pensamos en el periodo del presidente Correa ha sido uno de los más largos de la historia, porque va a completar diez años, y es un tiempo más que suficiente para plantear las bases de lo que él quiere hacer. Y si alguien de sus bases se presenta como candidato, y el pueblo cree que esa es la opción, no debe pensarse solo en personas, sino en ideas y principios.

El presidente Correa asegura que su permanencia será para dar continuidad a su proyecto político.

Con otras personas para evitar la reelección indefinida. Ninguna persona debe ser indispensable y tenemos casos de que la gente sabe retirarse a tiempo de esas tentaciones que el poder puede brindar.

¿Mira en el escenario político nuevos cuadros?

Si no se han formado habría que pensar qué pasa con los partidos y movimientos políticos, pero siempre se ha citado nombres de personas que han ocupado cargos que pueden ser candidatos.

¿Hay candidatos que puedan hacer oposición al candidato del oficialismo?

Las últimas elecciones han demostrado que cambiaron cosas en las ciudades más importantes, donde ya no hay esa arrasadora presencia de un solo movimiento político. Hay una diversidad, un mosaico de opciones políticas. No es bueno que todo el mundo esté de acuerdo con lo que dice un jefe de Estado; y esa oposición no tiene que estar marcada por los medios de comunicación, la oposición tiene que estar marcada por los líderes políticos u otras tiendas que van a fortalecer la democracia. Tenemos que demostrar madurez sabiendo que nadie es indispensable y que todos debemos tener las mismas opciones

¿Qué pasa con la partidocracia cuando se plantea la reelección indefinida para todos? Se critica a alcaldes reelectos que se han mantenido años en el ejercicio del cargo, pero con las modificaciones futuras seguirán ahí.

La partidocracia es un término recurrente que se usa repetitivamente sin motivo. ¿Cuál es la partidocracia ahora en el Ecuador? ¿Cuál es? No estoy viendo a los partidos, los partidos viejos ya se murieron, toditos. Creo que no queda ni uno, todos son difuntos. Todo lo que viene son partidos nuevos. De qué partidocracia hablamos, eso es una muletilla para echarle la culpa a la partidocracia de todo. Y estoy hablando yo, que sí he sido víctima de la partidocracia, creo que la mayor víctima de esa partidocracia soy yo, porque fue ella la que me impidió mantenerme en el poder cuando tenía mi derecho y ahí estaban los partidos tradicionales, este rato ya no existen. Y ahora veo en Alianza PAIS a muchos miembros de antiguos partidos políticos ocupando cargos importantes; entonces de qué partidocracia se está hablando. Eso parece un estribillo que se les ha quedado a algunitos.

¿Si se lo pidieran, volvería a postularse en estos tiempos en los que se reclama líderes?

Me han ofrecido participar en política, pero no creo que se necesite estar en política para trabajar por el país. Trabajo desde la fundación en temas de educación, en medio ambiente, en el campo literario. No necesariamente uno tiene que estar en política.

Lo mismo podría pensar un Rafael Correa que no solo desde el poder se puede trabajar por el país.

Él también puede hacer muchas cosas, él siempre se ha manifestado preocupado por los temas sociales. No se necesita estar en el poder para hacerle bien al país, y lo demostró Nelson Mandela. Tanta gente que puede hacerlo sin ocupar una posición de poder. Los valores y la capacidad pueden estar al servicio desde cualquier ángulo.

La estabilidad debe garantizarnos que las instituciones estén por encima de las personas, no las personas por encima de las instituciones".Rosalía Arteaga Asumió la Presidencia del 7 al 11 de Febrero de 1997