Jóvenes sentenciados en su niñez a cadena perpetua participaron este domingo en una misa oficiada en la prisión juvenil Barry J. Nidorf (California), durante la cual se leyó una carta del papa Francisco en la que expresa su conmoción por el sistema de justicia de Estados Unidos, que permite juzgar a menores.

"El papa Francisco tiene un cariño y compromiso con los presos", manifestó a Efe, Michael Kennedy, sacerdote católico que ofició la misa en la capilla de este presidio, ubicado en la ciudad de Sylmar.

Kennedy explicó que la carta del papa es una respuesta a las misivas que le enviaron unos 500 sentenciados de por vida por actos que cometieron durante su niñez.

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En su respuesta, el papa solicitó al sacerdote que les asegure a los presos "que Nuestro Señor sabe y ama a cada uno de ellos, y que el papa los recuerda con afecto en sus oraciones".

En el texto, que Kennedy leyó durante el oficio religioso, el papa pidió a los reos que oren "por las necesidades de la gente alrededor del mundo y porque se conozca el mensaje de piedad del evangelio, el perdón y la reconciliación en Cristo".

Kennedy afirmó que el papa Francisco tiene conocimiento de que Estados Unidos es el único país en el mundo que aplica cadenas perpetuas, sin esperanza de rehabilitación, a jóvenes menores de 18 años.

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Javier Stauring, codirector de la oficina de Justicia Restaurativa de la Diócesis de Los Ángeles, dijo a Efe que "en todo Estados Unidos son más de 2.500 personas condenadas de por vida por delitos cometidos cuando eran menores de 18 años".

"De esa cantidad de personas, los afroamericanos y latinos son la mayoría. Con solo entrar a visitar las cárceles juveniles uno se da cuenta que casi todos son gente de color", destacó.

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El representante católico señaló además que en Estados Unidos "las minorías raciales reciben sentencias más extremas que anglosajones sentenciados por los mismos crímenes" y criticó que los legisladores estadounidenses invierten dinero en campañas que buscan "deshumanizar niños para que comencemos a verlos como monstruos".

"Por eso es que el papa Francisco está llamando la atención de este problema moral en Estados Unidos", aseguró.

Con menos de 18 años, Xavier McElrath-Bey recibió una sentencia que lo condenado de por vida a vivir entre rejas, pero después de 13 años en la cárcel sus abogados lograron liberarlo.

"En Estados Unidos decimos que valoramos los derechos humanos, que somos la tierra de gente libre, pero es una gran contradicción cuando ignoramos lo que es moralmente correcto", indicó a Efe McElrath-Bey.

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"El papa lo que está diciendo en la carta es que todo niño condenado a cadena perpetua merece una segunda oportunidad", finalizó.