Al mediodía de ayer, el presidente Rafael Correa aperturó el paso peatonal que une a Guayaquil con la isla Santay. Él recorrió el puente a pie, junto a policías en bicicleta. Detrás de él, unas 300 personas cruzaron el viaducto.

Antes de la apertura, Correa resaltó que en el 2009 se declaró a la isla como reserva natural, dejando atrás los intentos de hacer un plan de vivienda y un centro de diversión. “Lo que hemos hecho es una reserva natural, una ecoaldea, pasos peatonales y ciclovía para mantener el ecosistema e incorporar 2.000 hectáreas de paisaje, de un hábitat maravilloso, de fauna y flora, a Guayaquil y a las zonas de influencia de Samborondón, Daule y Durán”, señaló.

Correa también ofreció rescatar el Golfo de Guayaquil, donde habitan cerca de 80 comunidades de pescadores.

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“Vamos a intentar que todos puedan construir sus ecoaldeas, fomentar el turismo en el Golfo hasta Posorja y la isla Puná, sacando de la miseria a los compañeros pescadores que tienen una economía de subsistencia. El Golfo será otro atractivo turístico no solo para Guayas y el país, sino para la región entera”, afirmó.