Unas 35 personas murieron este martes en Irak, entre ellas 18 en un bombardeo en Faluya, una ciudad situada a 60 km al oeste de Bagdad y controlada desde enero por los insurgentes, informaron responsables médicos y de servicios de seguridad.

Este nivel de violencia, que se ha cobrado más de 4.000 vidas desde principios del año, es similar al registrado en 2008, cuando Irak salía a penas de un sangriento conflicto confesional tras la invasión estadounidense de 2003.

El bombardeo en Faluya, que causó también 43 heridos, se produjo a media jornada y alcanzó un mercado, varias oficinas y los alrededores del hospital, afirmó un corresponsal de la AFP en Faluya.

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Las autoridades perdieron desde enero el control de esta ciudad y de varios sectores de Ramadi, 40 km más al oeste.

El ejército iraquí bombardea a Faluya con frecuencia y ha llevado a cabo varias ofensivas en el terreno para intentar recuperarla.

Más de 350 personas han muerto en esa ciudad desde que los insurgentes tomaron el control a principios de este año, la mayoría de ellos civiles atrapados en el fuego cruzado contra el ejército.

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El ejército asegura que los bombardeos van dirigidos contra refugios de rebeldes, pero habitantes y grupos de defensa de los derechos humanos afirman que las principales víctimas son los civiles.

En otras partes del país, se produjeron incidentes violentos, ataques y asesinatos, que dejaron 17 muertos.