Utilizaban dos embarcaciones de más de 10 metros de largo para incursionar en las piscinas privadas asentadas en el Golfo de Guayaquil. Su reciente intención, según la Policía, era el robo de miles de libras de camarón. Operaban en la noche, y algunos de sus miembros entraban a los predios escondiéndose en el manglar.

Para atrapar los camarones, lanzaban a las piscinas alimento de aves. Con ello, estos crustáceos salían inmediatamente a la superficie y los presuntos delincuentes (conocidos como piratas) los capturaban y dejaban toda el agua contaminada.

Así indicó ayer el coronel Enrique Suárez, jefe de la Policía Judicial (PJ) de la zona 8, entidad que, con el Grupo de Intervención y Rescate (GIR), participó la noche del lunes en la detención de 10 supuestos piratas, de 2 bandas delictivas.

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Dos de los aprehendidos habrían escapado, en noviembre pasado, de otro operativo similar. Los líderes de estas agrupaciones serían alias Ojón Luis y el Chivo, quienes huyeron.

Los ahora detenidos dispararon a los uniformados al ser descubiertos, acotó Javier Alvarado, jefe de la Sección Técnica Antidelincuencial (STA) de la PJ. La carga que iban a robar era de 3.500 libras de camarón, valoradas en $ 17.500. Además, habrían afectado la producción de 35.000 libras de este crustáceo al contaminar el agua, contó Guillermo Balarezo, comandante de la Policía, zona 8.