Decenas de miles de fieles comenzaron ayer a hacer fila para poder acceder al interior de la basílica de San Pedro y detenerse unos instantes ante la tumba de los ya santos Juan Pablo II y Juan XXIII.

Tras la multitudinaria ceremonia en la Plaza de San Pedro, en la que el papa Francisco proclamó santos a los dos pontífices, los peregrinos aprovecharon que el Vaticano dejaría visitar las tumbas hasta las 22:00 (15:00 de Ecuador).

Pese al cansancio, ya que muchos durmieron a la intemperie en los aledaños de la Plaza de San Pedro para no perderse la ceremonia, la multitud volvió a esperar horas para entrar en el templo y venerar a los nuevos santos de la Iglesia.

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Debido a la gran afluencia, los peregrinos contaron con pocos instantes para detenerse ante la tumba de los nuevos santos.