Varias iglesias de Guayaquil abrieron sus puertas durante la noche del sábado 26 y la madrugada de ayer para acoger a cientos de católicos que participaron de las vigilias por la canonización de los papas Juan Pablo II y Juan XXIII.

Desde las 20:00, los integrantes del movimiento Juan XXIII llegaron a la Catedral. Con pancartas con la imagen del nuevo santo –cuyo nombre adoptó la agrupación– esperaban el inicio de la ceremonia, que se daría a las 03:00 (de Ecuador) en la Plaza San Pedro (10:00) y se transmitiría en las pantallas de televisión del templo.

Los retratos de Juan XXIII y Juan Pablo II fueron colocados en el altar de la iglesia, donde muchos recordaron sus enseñanzas. La doble canonización emocionó al centenar de asistentes; algunos lloraron y otros, de rodillas y con los brazos en alto agradecían a Dios por los nuevos santos.

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En la iglesia Nuestra Señora de Czestochowa (en el norte de la urbe), construida luego del atentado que sufrió Juan Pablo II en 1981, los fieles se congregaron desde las 00:00 en la capilla anexa al santuario, donde siguieron la canonización. A las 08:00 se colocó un arreglo floral bajo la estatua de Juan Pablo II, que visitó el lugar en 1985.

La parroquia Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, ubicada en José Mascote y Gómez Rendón, celebró ayer, a las 11:00, una misa especial por la santificación de los papas.

En el altar mayor estaban, desde el sábado, las estampas de los dos santos. “La santidad es para todos. Necesitamos ser felices y la única manera de ser felices es ser santos”, mencionó en su homilía el padre Jorge Noboa. Al final de la misa se ofreció un ágape.

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En el santuario de la Divina Misericordia, en la vía a la costa, se realizó, a las 11:00, una misa por los santos y el Día de la Divina Misericordia. Esta ceremonia estuvo presidida por monseñor Antonio Arregui.