El olor a fritada comienza a apoderarse del establecimiento de Teresa Villacrés antes del amanecer. Desde las 04:30, ella y Manuel León, su esposo, se levantan a picar la carne de cerdo, la sazonan y la llevan a las pailas para su cocción.

Es una tarea que comparten hace 35 años, cuando en un pequeño puesto del centro de Jujan empezaron a vender porciones de fritada a los transeúntes y conductores que circulaban por la ruta Guayaquil-Babahoyo.

La rutina ahora se realiza en un local grande que han denominado Fritada Don Chamu, como conocen a Manuel, uno de los pioneros en el expendio de ese platillo en Jujan, donde funcionan cerca de una decena de negocios vinculados a esta actividad.

Publicidad

“Fuimos uno de los primeros en vender fritada, de allí comenzó la gente a poner un puesto aquí y otro allá”, asegura la mujer de 58 años, que se esmera en atender a cada cliente que llega a su comedor, con capacidad para 50 personas.

Cuando arrancaron en el negocio, Villacrés recuerda que preparaban unas 50 libras de cerdo. Con el paso del tiempo y más comensales, el trabajo se duplicó. Actualmente cocinan hasta un chancho diario y en días de mayor demanda, como los fines de semana, usan hasta 3 pailas (80 libras cada una).

Villacrés afirma que muchos llegan a su local atraídos por el sabor de su fritada, que lo obtienen al sazonar la carne con vino, ajo, pasta de soya y otras especias para otorgarle un sabor gustoso.

Publicidad

“No se iguala a la de ningún puesto”, asegura con orgullo Villacrés, quien vende cada plato en 3 y 4 dólares.

Por su local han pasado personajes de pantalla y políticos. Con una sonrisa, Villacrés comenta que también ha llegado gente con unos tragos demás que no han querido pagar por el consumo. “Para evitar problemas, a veces ya no les cobro”, indica.

Publicidad

En los últimos años, el local de Don Chamu también incorporó bolones de chicharrón, acompañados con café, para ofrecer a comensales y turistas que llegan a desayunar y optan por un plato más sencillo por las mañanas.

Uno de los cuatro hijos de la pareja se ha involucrado en el negocio y queda a cargo cuando no están. Los tres restantes se dedican a actividades diferentes. Villacrés afirma que con los ingresos de este negocio ha tenido la satisfacción de educarlos y llevar una vida tranquila. Ella alega que seguirán vinculados a la fritada hasta que las fuerzas se lo permitan. “Este es nuestro sustento”, refiere.

Tierra
Fritanguera

Consumo
En Jujan, según datos del Municipio, se demandan 30 chanchos diarios que sirven para la preparación de fritada, sándwiches y el consumo en los hogares. De cantones aledaños llegan comerciantes a comprar carne de cerdo.

Publicidad

Compra
La fritada también se vende de manera ambulatoria, en fundas o platos. Hay personas que se suben a los buses a ofrecer el producto que es preparado en casas. Los locales exhiben la fritada en vitrales.