El papa Francisco clausuró ayer la Semana Santa con la ceremonia del Domingo de Resurrección en la plaza de San Pedro, que estuvo sucedida por su mensaje de Pascua, en el que invocó la paz mundial y pidió el final de todos los conflictos “grandes o pequeños, antiguos o recientes”.

Así como lo hiciera el año pasado, Francisco volvió a utilizar su mensaje de Pascua para llevar a cabo un llamamiento desde el balcón central de la basílica con el que solicitó el final de conflictos como los que se desarrollan actualmente en Siria, Ucrania, Irak, la República Centroafricana o Venezuela.

Sobre Venezuela pidió que “las almas se encaminen a la reconciliación y a la concordia fraterna” para poner fin, así, a este conflicto entre el gobierno y sus opositores.

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También solicitó a Cristo que interceda para poner fin a la epidemia de ébola en Liberia, Sierra Leona y Guinea.

Del mismo modo, Bergoglio se encomendó a Jesús para que le ayude a derrotar “la plaga del hambre” agravada, a su juicio, por estos conflictos y por “los inmensos desperdicios”.

El papa Francisco pronunció este mensaje desde la logia central de la basílica de San Pedro del Vaticano, ante 150.000 personas que participaron en la ceremonia del Domingo de Resurrección.