Los patriarcas ortodoxos de Kiev y Moscú se enzarzaron el sábado en una guerra de plegarias, pocas horas antes de la Pascua, en momentos en que el este de Ucrania vive una insurrección armada prorrusa.

En Kiev, el patriarca de la Iglesia ortodoxa ucraniana, Filaret, que se separó de la rusa tras la caída de la Unión Soviética, condenó la "agresión" del país vecino.

En su mensaje pascual al pueblo ucraniano Filaret denunció a Rusia "que nos había garantizado la integridad territorial" pero que "ha cometido una agresión".

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"Dios no puede estar del lado del mal, por eso el enemigo del pueblo ucraniano está destinado a fracasar", aseguró.

En la catedral del Cristo Salvador en Moscú, el patriarca Cirilo dijo por su lado que "tenemos que rezar hoy por el pueblo ruso que vive en Ucrania, para que el Señor instaure la paz sobre la tierra ucraniana (...) que deshaga los designios de aquellos que quieren destruir a la Santa Rusia".

El patriarca ruso hizo arrodillarse a los presentes, y él mismo, de rodillas, oró por la suerte de Ucrania.

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En "numerosas ocasiones en la Historia" se intentó "acabar" con Rusia, "pero nadie lo logró", indicó Cirilo.

"Ucrania es políticamente un país extranjero (pero) espiritualmente e históricamente no lo fue nunca", añadió.

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"Somos un solo pueblo ante Dios", añadió.

Estados Unidos aumentó la presión sobre Moscú para que obligue a los prorrusos a evacuar las administraciones ocupadas en el este de Ucrania, aún bajo control de los separatistas, que se resistían a cumplir con el acuerdo de Ginebra.

En Donetsk, la gran ciudad industrial del este, los separatistas prorrusos seguían atrincherados en la administración regional.

El edificio público, rodeado de sacos de arena, neumáticos y muebles formando barricadas, está vigilado por hombres con pasamontañas en un contexto de aparente normalidad en las calles.

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"Continuamos como siempre", indicó uno de los prorrusos a la AFP. "Un sacerdote ortodoxo se encuentra con nosotros en el interior para festejar esta tarde la Pascua", agregó.

Las autoridades proeuropeas de Kiev intentaron la víspera tender la mano a los prorrusos, a quienes prometieron una importante descentralización y un estatuto de protección para la lengua rusa.

Sin embargo, este anuncio tiene pocas probabilidades de funcionar, puesto que el 70% de los habitantes de la región de Donetsk considera que estos dirigentes son "ilegítimos", según una encuesta publicada el sábado por el semanario Dzerkalo Tyjnia.

El sondeo refleja también que un 52,2% de las personas encuestadas están en contra de la incorporación de la región a Rusia.

La ex primera ministra y candidata a la elección presidencial del 25 de mayo, Yulia Timoshenko, indicó que "era posible un compromiso", después de reunirse en la ciudad durante horas con algunos grupos de prorrusos.

Estados Unidos advirtió a Moscú que le observaría "de cerca" para asegurarse de que cumple con el acuerdo de Ginebra, concluido el jueves entre los jefes de la diplomacia de Rusia, ucrania, Estados Unidos y la Unión Europea.

El acuerdo prevé el desarme de los grupos armados ilegales y la evacuación de edificios ocupados, así como una amnistía para aquellos que entreguen las armas, excepto para los que hayan cometido asesinatos.

Por su parte, en una conversación telefónica con su homólogo ruso, Serguei Lavrov, el jefe de la diplomacia estadounidense, John Kerry, "exhortó al respeto total e inmediato del acuerdo de Ginebra del 17 de abril", según un alto responsable del Departamento de Estado.

No obstante, Barack Obama se mostró muy prudente y advirtió que Washington y Bruselas podrían adoptar nuevas sanciones contra Moscú en el caso de que el acuerdo no funcionara.

El presidente ruso, Vladimir Putin, estimó sin embargo este sábado que "nada impide" la normalización de las relaciones entre Rusia y Occidente, que atraviesan su peor crisis desde la Guerra Fría debido a la situación en Ucrania.

"Esto no depende de nosotros. O no depende sólo de nosotros. Depende de nuestros aliados", añadió.

El vicepresidente de Estados Unidos, Joe Biden, tiene previsto reunirse el martes en Kiev con las autoridades proeuropeas de Ucrania.

El exjefe del Estado Mayor ucraniano Volodymyr Zamana estimó el viernes que Ucrania debería tomar medidas "asimétricas" en caso de una intervención rusa.

"A pesar de los intentos de encontrar una solución diplomática, no se ha llegado a ningún resultado", indicó.