Separatistas prorrusos armados dijeron ayer que no se consideran obligados por un acuerdo internacional que les ordena desarmarse y que no dejarán los edificios gubernamentales que tomaron hasta que renuncie el gobierno en Kiev.

El acuerdo alcanzado el jueves en Ginebra por EE.UU., Rusia, Ucrania y la Unión Europea ofrece la mejor esperanza hasta ahora para desactivar un enfrentamiento en Ucrania que ha deteriorado las relaciones entre Occidente y Rusia.

El acuerdo establece el desarme a todos los grupos ilegales, la desocupación de edificios públicos, calles y plazas, y da un papel de supervisión a la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa. Sin embargo, los separatistas mantienen su posición en el este y los nacionalistas ucranianos en Kiev no dan señales de dejar sus campamentos no militarizados en la plaza Maidan.