El Ejército ecuatoriano encontró artefactos explosivos de alto poder destructivo cerca del río San Miguel, en la parroquia General Farfán de Lago Agrio, en la provincia de Sucumbíos, límite con Colombia.

El explosivo estaba escondido en una montaña, a unos 100 metros del afluente y a pocos kilómetros del puente internacional del río San Miguel.

Se trataba de seis cargas de pentolita, diez metros de cordón detonante, un cilindro de gas cargado con TNT (compuesto químico explosivo) granulado y un cono de aluminio con la misma sustancia.

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“Estos explosivos fueron encontrados durante los patrullajes terrestres que Fuerzas Armadas realizamos sobre la frontera”, dijo el coronel Marco Guerrón, comandante del Batallón de Selva 56 Tungurahua.

Los explosivos fueron destruidos por técnicos especialistas en el mismo lugar de su localización, por lo peligrosa que resultaba su manipulación.