“Vengo a agradecerle a mi Señor por todas las bendiciones que me ha dado y el haberme protegido en mi reciente operación, de la que salí bien. Vine a demostrarle mi agradecimiento”, dijo Roxana Rosales, una de las asistentes a la procesión del santuario María Stella Maris, en el Guasmo.

Rosales, de 40 años, iba cerca del vehículo que transportaba la imagen de Jesús crucificado. Desde que se mudó a este sector, hace seis años, ella y su familia acuden al viacrucis. En esta ocasión lo hizo junto a sus compañeras de la comunidad Perpetuo Socorro.

Mientras unos oraban en voz baja, otros seguían los rezos que transmitían por el parlante. El paso era lento, pero la fe era intensa. Así lo demostró Teresa Pomader, quien participa desde hace más de 20 años en este recorrido, vestida de blanco. “Más que pedirle, vengo a agradecer la vida, la salud, el hecho de no tener desgracias naturales, como en otros lugares”, sostuvo.

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Los religiosos Rafael Arboleda, Eloy Díaz y Giannis Spagnolo –hermano del monseñor Olindo Spagnolo, quien fundó esta procesión en la zona– guiaron a los participantes, entre ellos las comunidades de Virgen del Carmen, Perpetuo Socorro, Virgen del Fátima, Corazón Inmaculado de María, Sagrado Corazón de Jesús, Virgen de la Nube y Reina de la Paz.

Los párrocos escucharon a los fieles durante el periplo.