Perdono y soy perdonado.

Perdonar
Hoy escojo el perdón. Dejo ir mi percepción de cómo deberían haber sido las cosas y abro mi corazón para aceptar la vida tal cual es. Elijo mi serenidad y paz mental. Perdono cualquier error que haya cometido de pensamiento, palabra o acción. Dejo ir cualquier juicio y expreso mi mejor ser. Al hacerlo, estoy más dispuesto a aceptar, a tolerar y a ser libre. Cuando perdono a los demás, lo divino en mí se conecta con lo divino en ellos. Mi perdón me limpia de cualquier amargura. Perdonar crea armonía y edifica la comunicación y la comprensión. Al perdonar, tanto a los demás como a mí mismo, logro un corazón abierto y disfruto de paz mental.

Salmo 86:5
“Porque tú, Señor, eres bueno y perdonador, y grande en misericordia para con todos los que te invocan”.