Estados Unidos, la Unión Europea y el gobierno de Kiev pidieron ayer un fin inmediato de la violencia en Ucrania, en una jornada en la que el ataque de separatistas prorrusos a una base de la guarda nacional ucraniana dejó tres muertos.

Washington advirtió de inmediato a Moscú que afrontará nuevas sanciones si no respeta el acuerdo alcanzado en las conversaciones en Ginebra por la crisis ucraniana.

El presidente Vladimir Putin, quien revirtió décadas de diplomacia después de la Guerra Fría el mes pasado, al proclamar el derecho ruso a intervenir en países vecinos y anexionar la región ucraniana de Crimea, acusó a Kiev de hundir al país en un “abismo”.

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Kiev teme que Putin emplee la violencia como pretexto para lanzar una invasión de las tropas rusas en Ucrania.

“En lugar de darse cuenta de que algo está mal con el gobierno de Ucrania e intentar dialogar, realizaron más amenazas (...). Es otro grave crimen de los actuales líderes de Kiev”, dijo Putin en una sesión televisada de preguntas y respuestas con público ruso, que se ha convertido en un evento anual.

“Espero que sean capaces de darse cuenta de la caída, del abismo en el que están las actuales autoridades y al que arrastran al país”, dijo Putin, quien enfatizó lo que llamó su derecho a usar la fuerza militar, aunque prefería el diálogo.