Agrupaciones de la parroquia Intag, en Cotacachi, Imbabura, cuestionan la detención del dirigente Javier Ramírez (el pasado 10 de abril), quien enfrenta cargos por rebelión y sabotaje, por ser uno de los presuntos responsables de agredir a personal y un vehículo de la Empresa Nacional Minera.

José Cueva, del Consorcio Toisán, contó que “se tendió una trampa para detener a un campesino”.

Las organizaciones y pobladores han pedido una reunión con el vicepresidente de la República.