“Agradezco de todo corazón a Dios y a la Policía”, fueron las primeras palabras de una mujer de 31 años que fue rescatada de un lugar donde supuestamente era prostituida por un presunto microtraficante de drogas.

Cubriendo su rostro con un pasamontañas y su cuerpo con una chaqueta de la Policía, la delgada mujer contó atemorizada que desde hace seis meses era supuestamente obligada a tener relaciones sexuales con hombres y a drogarse.

El individuo que, según ella, la mantuvo retenida en un cuarto, también la golpeaba. “Me prostituía y me pegaba, y si no lo hacía me amenazaba con matar a mi familia”, sostuvo la mujer antes de recordar que fue plagiada en las inmediaciones de un centro comercial del sur de Guayaquil, una tarde cuando salía de trabajar en un local de venta de electrodomésticos.

Publicidad

Contó que, mientras caminaba, un individuo la durmió con alguna sustancia y cuando despertó ya estaba en el cuarto de una vivienda. “En la casa entraban unos siete u ochos hombres, y los fines de semana llegaban hasta doce o catorce”, indicó la mujer.

El capitán de Policía Marcos Vallejo informó que lograron rescatarla gracias a la llamada de un ciudadano que denunció que una mujer, al parecer, estaba en cautiverio en una casa, ubicada en la cooperativa Justicia Social, en el norte de la ciudad. Él, dijo el oficial, escuchó gritos de auxilio.

Enseguida se dispuso un operativo que terminó con el allanamiento del lugar y el rescate de la mujer.

Publicidad

En la vivienda se encontraron 160 gramos de cocaína, una balanza, un cedazo y otras herramientas que, al parecer, eran usadas para el expendio de droga. En el sitio fue detenido el individuo que, según las primeras investigaciones policiales, cobraba entre 40 y 60 dólares por prostituir a la víctima, y un supuesto cliente.

“La mujer se encontraba en un cuarto, en pésimas condiciones, donde también estaba un hombre que en ese instante iba a abusar sexualmente de ella”, indicó el capitán Vallejo.

Publicidad

Los dos individuos fueron esposados y trasladados hasta la Fiscalía de Flagrancia.

Nunca pude hacer una llamada telefónica o pedir ayuda, porque ahí todos esos hombres se apoyaban. Me pegaban con los puños cuando yo me resistía a no hacer lo que me pedían”.N.N., víctima

A la joven se la va a mantener con vigilancia policial para que se sienta segura. Fue encontrada en un cuarto en pésimas condiciones, donde también estaba un hombre...”.Marcos Vallejo, capitán de Policía