La única conmemoración fúnebre en homenaje a Cristo de todo el mundo católico se desarrolla desde esta mañana en La Catedral de Quito, ubicada en el centro histórico de la capital. El Arrastre de Caudas, rito que se desarrollaba también en Sevilla (España) y Lima (Perú), actualmente solo se realiza en Ecuador.

El rito es celebrado por el monseñor de Quito, Fausto Trávez, acompañado de los sacerdotes más antiguos que portan grandes capas negras, conocidas como caudas, que simbolizan los pecados.

Los religiosos visten de negro y llevan tres prendas; la sotana, una capa pequeña y la capucha de la que se desprende la cauda, una tela negra de varios metros de largo que cae por las espaldas de los religiosos y se arrastra por el suelo. Algunos devotos evitan ser tocados por esta prenda y se alejan de la procesión que recorre los interiores del templo. Tienen la creencia de que si los roza les llegará la muerte en un año.

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Tras dar una vuelta por los pasillos de la iglesia, los sacerdotes llegan frente al altar y se posan de rodillas, mientras un religioso bate una inmensa bandera negra con una cruz cristiana roja en su centro.

Tras esto se levantan, recordando la resurrección de Cristo, y toman asiento para el inicio de la liturgia.