Actualizado a las 22:13

Miles de familias y voluntarios comenzaban a retirar los escombros de sus casas quemadas por el peor incendio en la historia del puerto chileno de Valparaíso, que dejaba 15 muertos, aunque persiste el temor por focos que continúan activos.

El gobierno, en tanto, decretó alerta sanitaria en la zona, lo que facilitará canalizar la ayuda, la compra de insumos y atender más rápidamente las necesidades de los afectados.

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El balance de muertos aumentó a 15 este lunes. 14 fallecieron calcinados informó el jefe de las fuerzas de seguridad, contralmirante Julio Leiva. Agregó que otra más escapó de las llamas, pero al regresar al día siguiente y ver su barrio devastado, murió de un infarto al corazón.

Los focos que se mantienen activos en el momento se encuentran la zona de San Roque. Más temprano, se evacuó preventivamente el sector de La Isla.

"El incendio no está controlado. No obstante ha bajado bastante la intensidad", dijo a medios locales el jefe de la Oficina Nacional de Emergencias (Onemi) de Valparaíso, Guillermo de la Maza.

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Fuego descontrolado

El fuego, iniciado el sábado por la tarde, ha consumido 850 hectáreas hasta el momento. Tiene un perímetro de 22 kilómetros y unos 6 kilómetros de largo, según la Corporación Nacional Forestal (Conaf).

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Las llamas afectaron a los cerros donde residen los sectores más pobres, con casas de madera y lata que se encaraman en las pendientes, a veces sin permisos de construcción y lejos de los grifos de agua que necesitan los bomberos para combatir las llamas.

Sin embargo, la zona del puerto de Valparaíso, declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 2003, se mantenía a salvo del fuego.

La ciudadanía chilena reaccionó rápidamente para acopiar pañales, leche en polvo, frazadas, ropa de abrigo, agua y otros enseres que son repartidos en los albergues.

Miles de jóvenes suben voluntariamente hasta los cerros para colaborar con quienes perdieron todas sus posesiones mientras toneladas de ayuda llegaban de todo el país.

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Asimismo, armados de picos y palas, los jóvenes voluntarios se organizaron en grupos para ayudar con la remoción de escombros, bajo la supervisión de bomberos, particularmente en el cerro Ramaditas.

"Arriba de los cerros es siempre donde está la gente más pobre, y quedó sin nada. Lo perdieron todo", dijo a la AFP, Gabriela González, estudiante de la Universidad Católica de Valparaíso."Quedarse sentado no vale", agregó la voluntaria.

8.000 damnificados

Muchas personas perdieron todas sus pertenencias, sus posesiones materiales y sus recuerdos familiares en el incendio que se propagó rápidamente debido a los fuertes vientos, pero también por la compleja geografía del lugar y la presencia de basura en los aledaños de la zona forestal de La Pólvora, en la parte más alta de los cerros, donde se inició el fuego.

"Quedamos con lo puesto, en la calle, perdimos todo. Somos una familia de siete personas y la primera noche en el albergue fue triste, más que nada por los niños, que nunca habían vivido esto, pero nos han tratado muy bien", dijo a la AFP Ericka Cáceres.

Este lunes se organizaban partidos de fútbol benéficos, atenciones veterinarias a mascotas damnificadas, colectas, y se difundían miles de mensajes de apoyo bajo la etiqueta en la red social Twitter de #FuerzaValpo.

El incendio destruyó por completo 2.000 viviendas, dejó 8.000 damnificados y 10.000 evacuados, de los que 1.200 pasaron la noche en albergues y el resto en casas de familiares o amigos.