Activistas llegaron el miércoles al Congreso de Estados Unidos, tras recorrer en autobús 30 estados del país, con la meta de reactivar una reforma migratoria que permita la naturalización de los 11 millones de inmigrantes que ingresaron a Estados Unidos sin autorización.

La llegada a la Explanada Nacional, en el centro de Washinfton DC, de los integrantes de una coalición de líderes religiosos, empresariales, sindicales y comunitarios llamada Fast for Families (Ayuno por Familias), coincidió con el final de un ayuno de 48 horas que 100 mujeres procedentes de todo el país. Las mujeres, que representan al grupo We Belong Together, buscan también una reforma migratoria y piden al presidente Barack Obama suspenda deportaciones.

Eliseo Medina, ex tesorero del Sindicato Internacional de Empleados de Servicios e integrante de la coalición Fast for Families, pidió al presidente de la cámara baja —el republicano por Ohio John Boehner— que aborde la reforma migratoria para aliviar el dolor de las familias afectadas por las deportaciones. Medina conoció casos durante el recorrido de 19.000 millas (30.500 kilómetros) en autobús que comenzó el 24 de febrero desde Los Ángeles.

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"Continuaremos orando para que Boehner y su partido reflexionen y hallen el valor moral para hacer lo correcto y someter a votación una reforma migratoria", dijo Medina al pronunciar un discurso frente a docenas de inmigrantes y activistas.

Medina y otros integrantes de Fast for Families mantuvieron, a fines del 2013, un ayuno de 22 días en una carpa instalada a escasos metros del Capitolio, donde recibieron la visita del presidente Barack Obama, el vicepresidente Joe Biden y otros funcionarios del gobierno federal.

El Congreso mantiene en el limbo la reforma migratoria ya que la mayoría republicana en la Cámara de Representantes se ha negado a debatir el proyecto aprobado en junio por el Senado, de mayoría demócrata.

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Los republicanos están reacios a abordar el polémico tema en un año electoral, especialmente ante indicios de que puedan aumentar su representación en las elecciones de medio término previstas en noviembre.

La mexicana María Galván viajó desde Los Ángeles para ayunar y presionar a favor de una reforma a las leyes de inmigración porque ella y su esposo tienen miedo a ser deportados, pese a que sus dos hijas de 24 y 23 años se han beneficiado de la suspensión de deportaciones ordenada en 2012 por la Casa Blanca, a favor de algunos inmigrantes menores de 30 años que fueron traídos a Estados Unidos sin autorización cuando eran niños.

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"Me voy satisfecha porque con el ayuno recobré nuevas fuerzas para seguir luchando. No tuvimos tiempo de sentir hambre", dijo a AP la estilista de 44 años tras romper el ayuno con un desayuno de jugo y frutas. "Tenemos que seguir convenciendo a las personas con nuestras historias, que no son inventadas."

Si bien mantiene que la única solución permanente es una reforma legislativa, Obama ordenó al secretario de seguridad Jeh Johnson una revisión a la política actual de deportaciones.

Johnson se reunió el miércoles a puertas cerradas con congresistas hispanos demócratas, y posteriormente dijo a reporteros haber escuchado "varios casos que me han llevado a querer reevaluar nuestras prioridades para garantizar que lo estamos haciendo bien, y eso es lo que estamos haciendo en este momento".

Johnson no dijo cuándo planea concluir su evaluación.

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Entretanto, tres inmigrantes apostados desde el pasado sábado 5 de abril en las inmediaciones de la Casa Blanca cumplían el miércoles su segundo día en dieta líquida para presionar a Obama a suspender deportaciones vía administrativa.

Los tres permanecen en las inmediaciones de la Casa Blanca desde el sábado, cuando participaron en las manifestaciones convocadas en varias ciudades de la nación para protestar por los dos millones de personas que han sido deportadas durante el gobierno de Obama.