Santa Elena - Salinas - Manta-Puerto Bolívar

Poblaciones costeras de las provincias de Esmeraldas, Manabí, Santa Elena, Galápagos y El Oro amanecieron ayer más tranquilas tras la alerta de tsunami generada la noche del martes para el país, a consecuencia del terremoto de 8,2 grados de magnitud que se registró en el norte de Chile y el cual produjo un fuerte oleaje.

Para Ecuador continental la alerta fue primero roja, casi de inmediato pasó a amarilla y fue desactivada en la madrugada, según confirmó la Secretaría Nacional de Gestión de Riesgos (SNGR) ayer en Twitter.

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Para la región insular, la alerta roja se mantuvo hasta entrada la mañana (de ayer); después pasó a amarilla y, por la tarde, de acuerdo a lo que publicó también en Twitter María del Pilar Cornejo, secretaria de la SNGR, quedaba sin efecto.

Anoche, debido a nuevos sismos registrados en Chile y ante la alerta de tsunami para ese país y Perú, la SNGR dijo en la red social que esta no se genera para las costas ecuatorianas.

El Instituto Oceanográfico de la Armada (Inocar) confirmó que solo se produjeron perturbaciones de aproximadamente 50 cm en la costa insular, a las 23:50, pero estas no causaron mayores efectos, por lo que las actividades marítimas se reanudaron ayer.

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Tras la alerta, el temor se apoderó de varias poblaciones costeras. Los comités de emergencia provinciales se activaron y coordinaron movilizaciones a las zonas altas. La SNGR dijo que en Santa Elena evacuaron a 5.485 personas; en Esmeraldas, 28.474; y en Playas, 120.

Las gasolineras de Salinas, Santa Elena y La Libertad (Santa Elena) estuvieron llenas. Muchos compraron alimentos enlatados, llevaban ropa y viajaron en sus vehículos hacia Atahualpa y Chanduy; otros salieron de la provincia. “Me voy sin rumbo, llevo provisiones”, manifestó Vicente Lavayen, quien dejó Ballenita.

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Al cerro El Tablazo llegaron cientos de personas, entre ellas familias de Salinas y La Libertad y pasajeros que arribaban a la terminal terrestre Sumpa. La acción fue coordinada por la Policía y Ejército.

En Puerto Bolívar (El Oro), familiares de pescadores se acercaron al muelle para ver el comportamiento del mar.

Desde las 18:30 hasta antes de la medianoche la gente recorría las orillas del muelle y policías en motos y patrulleros custodiaban el sector. Además, se monitoreaban Bajo Alto, Puerto Jelí, Puerto Hualtaco y Jambelí. Pese a la advertencia, los pescadores siguieron con sus actividades y no evacuaron.

En Manta (Manabí), los pescadores aseguraron sus embarcaciones. Walter Lucas dijo que no quería que se repitiera lo que le ocurrió hace dos años tras el terremoto en Japón, cuyas olas afectaron su lancha.

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A unos 5 km, en las costas de la parroquia Los Esteros, decenas de personas salieron a observar el mar. “La gente estaba alarmada cuando escuchó lo del anuncio del tsunami”, contó Santiago Reina.

En Esmeraldas y en Galápagos, la población también evacuó a zonas altas, en donde estuvo atenta a la situación.