El nivel de ausentismo electoral se ubicó en 16,9% en los comicios del pasado 23 de febrero. Es decir, de los 11,6 millones de ecuatorianos que estuvieron empadronados 1,9 millones no sufragaron.

Este resultado demuestra que el ausentismo en el país se redujo. Esto, porque en las últimas elecciones el índice ha ido en rangos del 24% al 28%.

En la segunda vuelta presidencial del 2006 ese nivel llegó al 24%; en la consulta popular de abril del 2007 se fijó en 28,41%, y en la elección de asambleístas de ese mismo año fue del 26,82%. En el referéndum del 2008 se ubicó en 24,62%; en los comicios generales del 2009, en 24,7%; y en las elecciones del año pasado el ausentismo fue del 18,9%.

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El Consejo Nacional Electoral (CNE) atribuye el incremento de la participación electoral “a niveles nunca antes registrados” a las acciones emprendidas por el organismo: campañas para promover la asistencia de los electores y la creación de zonas electorales que acercaron al ciudadano a su sitio de sufragio.

La consejera Magdala Villacís señaló que entre las campañas que ayudaron a disminuir el ausentismo constan el Voto en Casa, Voto Asistido y Mesa de Voto Preferente. En la jornada preelectoral, dijo, se capacitó a más de 160.000 electores.

Su colega Roxana Silva añadió que en el 16,9% de electores que no sufragaron están incluidos quienes fueron registrados en el padrón pasivo.

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Este consiste en un registro de 600.000 ciudadanos que llevan tres procesos electorales seguidos sin votar.

Representantes de partidos y movimientos consultados tienen dudas del bajo nivel de ausentismo del pasado proceso: lo atribuyen a un supuesto fraude. Y piden que para los próximos comicios se socialice con ellos la elaboración del padrón.

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La página web del CNE indica que Santa Elena es la provincia que registró el menor ausentismo con 7,63% y Cañar el más alto, con el 34,34%.