Familiares de pasajeros chinos desaparecidos hace más de tres semanas a bordo del Boeing 777 de Malaysia Airlines viajaron a Malasia para exigir explicaciones, tras saberse que los restos encontrados en el Índico no correspodían al aparato.

Ayer estaban en un hotel de la capital malasia 29 parientes de los viajeros chinos vestidos con camisetas blancas en las que se leía “Recemos por el vuelo MH370” y luciendo pancartas con lemas como “Dígannos la verdad. Devuélvannos a nuestros familiares”.

Ellos se han mostrado indignados después del anuncio realizado el 25 de marzo por el primer ministro de Malasia, Najib Razak, de que según las informaciones disponibles el avión cayó en el Índico. Algunos se niegan a aceptar ese veredicto mientras no se encuentren los restos del Boeing.

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Los objetos flotantes recogidos por los buques que peinan la zona de búsqueda resultaron no ser del Boeing 777 desaparecido el 8 de marzo.

“Parece que se trata de material de pesca y de desechos que flotan en el océano Índico”, manifestó ayer un portavoz de la Autoridad Australiana de Vigilancia Marítima.

Australia anunció ayer que las operaciones serán coordinadas por el exjefe de las Fuerzas Armadas australianas Angus Houston. Este alto responsable dirigirá desde Perth (oeste) una nueva entidad, encargada de coordinar las búsquedas en el mar con todas las partes implicadas. También será un contacto útil para las familias de las 239 personas desaparecidas, entre ellas 153 chinos.

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La búsqueda se extendió a fines de esta semana a una nueva zona, de 319.000 km², a unos 1.850 km al oeste de Perth. La decisión se tomó a raíz de un nuevo cálculo de la trayectoria de la aeronave que, a falta de carburante, habría caído al océano Índico antes de lo estimado previamente.