El líder opositor venezolano Henrique Capriles reconoció ayer que hay contactos con el gobierno de Nicolás Maduro para que se pueda dar un debate sobre la crisis que vive el país.

“El debate tiene que darse, yo espero que se dé en las próximas horas”, manifestó Capriles en una entrevista con el canal venezolano Televen.

“El diálogo no es un show de televisión, no nos vamos a prestar a una comparsa. Ahora, lo que creo que sería un error es no abrir un espacio para decirnos las cosas a la cara; eso creo que tiene mucho más valor que el país vea un debate de ideas”, dijo Capriles, quien perdió las elecciones presidenciales por una mínima diferencia.

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Maduro reiteró el pasado sábado su llamado al diálogo con los estudiantes opositores y propuso a EE.UU. crear una comisión de alto nivel para promover la paz, tras roces diplomáticos por la ola de protestas. Además, anunció prontas acciones en el campo policial y terminar con manifestaciones que han dejado 28 muertos.

Para el opositor Leopoldo López, líder del partido Voluntad Popular y detenido desde hace un mes en una prisión militar al inicio de las protestas contra el presidente, el diálogo al que este ha convocado es ‘teatral’ y apuntala su gestión.

“Creo en un diálogo que nos permita avanzar hacia una salida. No creo en un diálogo teatral, que solo sirva de fachada para darle estabilidad al régimen corrupto, ineficiente y antidemocrático de Maduro”, expresó López en una entrevista publicada ayer en el diario caraqueño El Universal.

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En tanto, el presidente del Banco Central de Venezuela (BCV), Nelson Merentes, en un programa de la emisora Televen, dijo ayer que las protestas perturban la economía en cierto grado, por lo que el crecimiento será leve en el primer trimestre, pero se puede recuperar lo que queda del año y “vamos a estar por debajo del 4%”.

La economía registró un 1,6% de crecimiento en el 2013, tras haber crecido al 5,6% en el 2012, en un contexto de inflación disparada del 56,2% y una devaluación del 31,7%.

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La oposición volvió ayer a las calles, esta vez al este de Caracas, para condenar lo que consideran injerencia del gobierno cubano en Venezuela. En contrapartida, las autoridades organizaron una manifestación de apoyo para resaltar especialmente los programas sociales de alimentación popular.