New York Times habla del supuesto aporte de familia Isaías a campañas políticas

La familia de los hermanos Roberto y William Isaías, expropietarios de Filanbanco, habría donado $ 320 mil dólares a campañas políticas estadounidenses desde el 2010, menciona un reportaje del diario The New York Times (NYT), citando informes oficiales.

Los Isaías están enjuiciados en Ecuador por supuesto peculado bancario; actualmente residen en Miami (EE.UU.).

El Gobierno ecuatoriano ha efectuado un pedido de extradición en su contra.

El NYT citó a Roberto Isaías: “Mi familia ha donado a cerca de 20 legisladores que luchan por los derechos humanos y libertad de expresión en Latinoamérica”. Agregó: “Eso es legal. Si se ve bien o mal, lo que puedo decirle es que nunca hemos pedido un favor...”.

Roberto Isaías le dijo al medio estadounidense que él y su hermano no hicieron ninguna donación, pues no poseen green card (tarjeta de residente).

La nota, publicada el pasado martes, indica que unos $ 100 mil supuestamente fueron a más de una docena de congresistas, incluyendo al senador Robert Menéndez, demócrata de Nueva Jersey; la representante Ileana Ross-Lehtinen y el senador Marco Rubio, republicanos de la Florida. Estos han admitido haber tratado de ayudar a la familia con sus problemas de inmigración.

El reporte afirma que el caso de los hermanos Isaías es parte de una batalla más amplia entre Ecuador y la Casa Blanca por fugitivos internacionales, que incluye a Julian Assange, fundador de WikiLeaks asilado en el Embajada de Ecuador en Londres, y Edward Snowden, el exanalista de la CIA que llegó a Rusia, donde está asilado, gracias al salvoconducto que le dio un diplomático ecuatoriano.

El NYT habló con expertos en financiamiento de campaña, quienes aseguraron que dichas donaciones crean la apariencia de un conflicto de intereses en las autoridades estadounidenses. Además, se afirma que pese a que las contribuciones no son ilegales, se ha generado un mayor escrutinio sobre la ya naturaleza politizada de los pedidos de extradición y reaviva el debate sobre el acceso al poder que proveen las donaciones.