El inicio de clases podría suspenderse en Argentina si el gobierno no llega a un acuerdo con los sindicatos de docentes que reclaman un alza salarial.

Ayer se iniciaron las primeras conversaciones entre los dirigentes de los maestros y representantes del gobierno, pero en horas de la tarde –según El Clarín– se conoció que no lograron aún ponerse de acuerdo.

El jefe de Gabinete del gobierno argentino, Jorge Capitanich, señaló que el diálogo ha sido productivo, por lo que se prevé que llegarían a un acuerdo la próxima semana, señala El Clarín en su sitio web.

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El Ejecutivo había mantenido contactos previos de carácter informal con los gremios docentes, que reclaman un sueldo mínimo de 5.500 pesos (704 dólares), lo que significaría un aumento del 61% para este año, una cifra muy superior al 25% que el ministerio de Economía ha fijado como límite. Los sindicatos piden también que el acuerdo salarial sea por seis meses, en vez de anual, como está establecido.

Capitanich ha reiterado que el Estado no tiene un vínculo laboral directo con los profesores y que solo se fijará un “salario inicial” para que prosigan las negociaciones con los gobiernos de cada provincia.

Varias provincias argentinas han cerrado ya alzas salariales que superan el tope del 25% pactado la semana pasada entre el Ministerio de Economía y los titulares de las carteras de Educación de quince distritos.

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Los gremios docentes de San Luis, Córdoba, Catamarca y Tierra del Fuego han obtenido subidas salariales de entre el 27% y el 33%.

Los docentes de las restantes provincias amenazan con ir a la huelga si el gobierno no atiende a sus reivindicaciones, lo que retrasaría el inicio de las clases, que deberían comenzar entre el 26 de febrero y el 5 de marzo, según la región.

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La única provincia que se ha ajustado al 25% fijado por el Ejecutivo es Santiago del Estero (norte) donde se ha establecido esa cifra para todos los funcionarios públicos, incluidos policías y docentes.