El presidente de EEUU, Barack Obama, envió una carta manuscrita de disculpas a una profesora de Historia del Arte de la Universidad de Texas que se sintió ofendida por un comentario que hizo el mandatario durante uno de sus discursos.

Sorprendida tras recibir el pasado 12 de febrero una nota escrita a mano por el mismísimo Obama, Ann Collins Johns, profesora de Historia del Arte en la Universidad de Texas en Austin, acaba de contar los detalles de su historia en su página de Facebook.

Todo comenzó el 30 de enero en Wisconsin cuando, en un discurso en una planta de General Electric (GE), Obama sugirió que capacitarse para trabajar en la industria manufacturera podría ser más rentable que especializarse en Historia del Arte.

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"Les prometo que se puede hacer mucho más, potencialmente, con habilidades en manufactura u otros oficios que tal vez con un graduado en Historia del Arte", comentó el presidente.

A continuación, no obstante, Obama matizó que "no hay nada malo" en graduarse de esos estudios.

"Me encanta la historia del arte. Así que no quiero recibir un montón de correos electrónicos de todo el mundo. Solo estoy diciendo que se puede tener una buena vida y una gran carrera sin una educación universitaria de cuatro años", agregó.

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La profesora Collins se sintió ofendida por esos comentarios y envió un mensaje al presidente a través de la página web de la Casa Blanca, en el que enfatizaba las bondades de la Historia del Arte en el fomento del pensamiento crítico.

A los pocos días, Collins recibió la nota manuscrita con las disculpas de Obama.

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"Permítame disculparme por mis comentarios improvisados. Yo estaba haciendo una observación sobre el mercado laboral, no del valor de la Historia del Arte", argumenta Obama en la carta.

El presidente califica, además, su comentario de "simplista" y afirma que la Historia del Arte era una de sus "asignaturas favoritas" en la secundaria.

"Lo que no esperaba es que él mismo (Obama) me escribiría una disculpa. Así que ahora me siento totalmente culpable por haberle hecho perder el tiempo", cuenta por su parte Collins, más que satisfecha ahora y reconciliada con el presidente.