Mientras sus madres los observaban bajo una carpa situada a pocos metros de las piscinas, Néicer y Gabriel se divertían nadando y ensayando diferentes clavados. Esa alegría se replicó en una veintena de niños que ayer participó en una mañana de integración en un centro recreativo situado en el km 2,5 de la vía Durán-Tambo.

La actividad se desarrolló con motivo de conmemorarse el Día Internacional del Niño con Cáncer. Los menores de edad se divirtieron, desentendidos de las salas hospitalarias a las que acuden para someterse a tratamientos de quimioterapias, con el fin de sobrellevar el cáncer.

La emoción de los pequeños contagió a sus padres. “Ellos se distraen y se olvidan de lo que tienen; a uno como padre le da alegría también”, dijo Chelita, una de las mamás.

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Al final del homenaje cada niño pidió un deseo y soltó globos de helio hacia el firmamento.