El gobierno de Venezuela y la oposición intercambiaron acusaciones después de que al menos tres personas murieron en los peores disturbios que ha enfrentado el presidente Nicolás Maduro, el miércoles pasado en Caracas. Este derramamiento de sangre fue la última demostración de la polarización en el país y la desconfianza mutua entre ambos bandos políticos.

Maduro culpó a “pequeños grupos fascistas” que, según dijo, se infiltraron en la protesta de la oposición. “Quieren derrocar al gobierno a través de la violencia”, agregó, “no tienen ética, ni moral (...). No vamos a permitir más ataques”.

Ayer, las calles de la capital amanecieron en calma, pero con fuerte presencia de policías y militares. Pequeños grupos de opositores continuaban protestando contra el gobierno, quemando neumáticos y blandiendo banderas de Venezuela en la capital y las principales ciudades del país. “Dicen que somos el futuro y nos matan en el presente” y “No más sangre” se leía en las pancartas de un grupo de estudiantes que protestaban contra en las afueras de una universidad de Caracas.

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Simpatizantes del oficialismo también marcharon para respaldar la permanencia de Maduro en el poder y pedir sanciones contra los líderes de la oposición, a quienes responsabilizan de los hechos violentos.

En Mérida, carros antimotines patrullaron desde la mañana las calles. Mientras que en Anzoátegui, universitarios cerraron vías para protestar.

Los grupos de oposición de línea dura han estado llevando a cabo pequeñas protestas en todo el país durante las últimas dos semanas, para quejarse de la delincuencia, la corrupción y el rápido incremento en el costo de la vida.

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Henrique Capriles, líder opositor y gobernador de Miranda, instó al gobierno a deslindarse de los llamados colectivos y grupos armados.

“Queremos ver a Maduro deslindarse de estos grupos militares armados por ellos mismos. No eran perdigones, ni eran gases, eran armas de fuego. Cuándo van a desarmar los grupos anárquicos que salen a agredir a mujeres y estudiantes, nosotros queremos verlo también”, aseveró.

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Amnistía Internacional solicitó ayer una investigación urgente de las tres muertes. En tanto que Fedecámaras, el principal grupo empresarial de Venezuela, instó al gobierno a “dar el primer paso” para “procurar las condiciones necesarias para que retorne la paz” en el país.

66
heridos y 69 detenidos dejaron las protestas en venezuela.