El movimiento activista global Avaaz formalizó este jueves ante las autoridades de Brasil su solicitud de asilo para el exanalista de la CIA Edward Snowden, plasmada en voluminosos documentos respaldados por 1,1 millones de personas de 200 países.

Portavoces de Avaaz reiteraron que se trata de "el mayor pedido ciudadano de asilo en la historia", que fue entregado al Ministerio de Relaciones Exteriores de Brasil "en nombre de Edward Snowden" y con el respaldo de ciudadanos "políticos y celebridades".

Entre los firmantes, citaron al cineasta brasileño Fernando Meirelles, director de "Ciudad de Dios" y otros filmes, quien en un comunicado difundido por Avaaz aseguró que "la historia de Snowden es como un argumento de una película, con la lucha de un individuo voluntarioso contra el Gobierno más poderoso del mundo".

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Según Meirelles, Brasil le "puede dar un final feliz" a esa "historia real", si finalmente le ofrece "un hogar" a Snowden.

En el mismo comunicado, el director ejecutivo de Avaaz, Ricken Patel, declaró que la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, deberá decidir si el destino de Snowden será marcado por las "presiones" de Estados Unidos o "del pueblo" que solicita que sea acogido en Brasil.

Snowden se encuentra desde mediados del año pasado en Rusia, donde recibió un asilo temporal, válido hasta agosto próximo.

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Antes de ser acogido en Rusia, solicitó ser recibido en varios países, entre ellos Brasil, que en su momento informó de que "no tenía intención de responder", lo que en términos diplomáticos fue interpretado como una negativa.

En diciembre pasado, Snowden divulgó una carta en la que elogió la "tradición de asilo" de Brasil y consideró que el país representa "una de las más interesantes y vibrantes democracias del mundo".

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Esa carta fue considerada como un nuevo pedido de asilo, pero la propia Rousseff le salió al paso a esas interpretaciones.

"No creo que el Gobierno tenga que manifestarse sobre el caso de un individuo que no hace una petición formal", afirmó la jefa de Estado.

Entre los muchos documentos filtrados por Snowden, hubo varios en los que se reveló que Estados Unidos espió las comunicaciones de la propia Rousseff, de varios de sus ministros y colaboradores y de algunas empresas brasileñas, como la estatal Petrobras.

Rousseff reaccionó con firmeza; canceló una visita de Estado que tenía previsto hacer a Washington en octubre pasado y promovió un debate en la ONU con el objetivo de que se impida el espionaje a través de internet.

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Ese debate concluyó en diciembre pasado con la adopción de una resolución en la que la ONU reafirmó "el derecho a la privacidad, según el cual nadie puede ser objeto de injerencias arbitrarias o ilegales en su vida privada, su familia, su domicilio o su correspondencia".

Además de promover ese debate, Rousseff también convocó a una conferencia global para fines de abril próximo en Sao Paulo, a fin de que el asunto sea debatido por jefes de Estado, empresarios, académicos y movimientos sociales.