Estas hermanas son dueñas de un temperamento fuerte y sus personalidades son totalmente distintas. Una es maquilladora profesional y asesora de imagen, la otra es muy activa y no suele usar maquillaje con frecuencia.

Pero Paulette (25) y María José Lebed (17) vivieron una experiencia que se convirtió en un lazo de compatibilidad que las une hasta el día de hoy y va más allá de la sangre.

Puchi de Lebed, mamá de las jóvenes, recuerda con detalles la prueba que su familia afrontó hace ya 17 años.

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Paulette fue diagnosticada con leucemia a los cinco años y recayó a los ocho. La única salida que daban los médicos era un trasplante de médula.

La búsqueda de donantes compatibles fue tediosa y desalentadora, pues no aparecía ninguno que fuera lo suficientemente compatible con Paulette para el trasplante.

“Yo estaba embarazada de María José cuando Paulette recayó, no había donantes, entonces le dije: ‘doctor, pero estoy embarazada’ y él me dijo que era muy poco tiempo para saber si la bebé era compatible”, recuerda Puchi.

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A los cuatro meses, luego de una prueba, se supo que la bebé en camino era ciento por ciento compatible.

En fechas como San Valentín, que se celebra mañana, Paulette hace énfasis en lo importante que puede ser el amor en los procesos de recuperación de enfermedades.

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“Toda mi familia me dio mucho amor, mucha dedicación, siempre me dieron fuerza, y eso me ayudó mucho. Nunca me hicieron pensar en que tal vez iba a morir”, asevera Paulette. Añade que el mensaje que puede transmitir 17 años después es que “para curarse de la leucemia, se necesita fe, valor y ganas de luchar”.

Si bien ni Paulette ni María José tomaron la decisión de demostrar amor a través de una donación cuando niñas, con el paso del tiempo esta prueba sembró en ellas un afán por demostrar amor al prójimo.

Para Paulette, la enfermedad vino con un propósito divino, pues luego de superar la leucemia se convirtió en voluntaria del hospital de Solca. “Siento que soy un testimonio viviente, por eso Dios me curó porque yo puedo ir a hablar con los niños que están enfermos y les transmito el mensaje de alegría”, asegura.

María José se acaba de graduar del colegio y quiere estudiar Nutrición. “Me gustaría trabajar en una clínica, con diabéticos y con gente con cáncer, porque yo creo que con una buena alimentación se pueden prevenir muchas enfermedades”, cuenta.

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Todo depende de Dios en primer lugar, y de la fuerza que la persona tiene por dentro, que quiere vivir, luchar y superar la enfermedad”.Paulette Lebed, superó la leucemia