Por: Carolina Sánchez

En 1974 se instaló el primer gimnasio mixto en Urdesa central, bajo el nombre de Instituto de Cultura Física y que luego pasó a llamarse Nautilus, un centro de preparación física que se cristalizó por el amor al deporte y la necesidad de entrenamiento de María Teresa Guerrero y su esposo Alberto Guerrero (+).

Hace más de cuatro décadas la gimnasia se convirtió en su vida. Desde que amanece hasta que oscurece pasa en ese lugar de 1.800 metros cuadrados, que desde hace 20 años funciona en la Kennedy vieja.

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Se trata de un lugar insigne para un sinnúmero de moradores y deportistas que se han formado ahí a lo largo de los años.

Tanto Alberto como María Teresa fueron la combinación perfecta para crear un gimnasio bien equipado. Él fue levantador olímpico de pesas y rehabilitador físico; y ella es licenciada en Educación Física. Posteriormente, fue jueza de campeonatos sudamericanos y mundiales de fisicoculturismo, tras una preparación que tuvo en India. Además fue presidenta de la Federación Ecuatoriana de Fisicoculturismo; actualmente es la tesorera.

Esta guayaquileña vivió desde los cuatro años en Lima, Perú. Allí culminó su etapa de colegio y regresó a su ciudad natal para empezar la universidad. Al principio quiso estudiar Sociología, decidiéndose, finalmente, por Educación Física.

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Recién llegada, a la edad de 22 años, se casó con Alberto, quien era su primo hermano. Ingresó a la Universidad de Guayaquil porque era la única que ofrecía la alternativa de estudiar lo que ella quería, pero esto no complació a la familia. "Me decían que estaba loca y que no estaban de acuerdo con que estudiara en esa universidad porque decían que la gente no estaba a mi mismo nivel, pero a la final lo aceptaron".

Se dedicó varios años a la docencia, fue profesora de Educación Física en los colegios Asunción y Sek. “Antes no existía la licenciatura de esta profesión, la única alternativa era salir como profesor de Educación Física. Ya en el 2001 me licencié”, cuenta.

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María Teresa siempre ha estado entregada al trabajo en su gimnasio, pero con la muerte de Alberto, hace doce años, luego de tener mieloma múltiple, que es un tipo de cáncer de la médula ósea, su presencia en el mundo del deporte se intensificó.

“Me considero una persona obsesionada con el trabajo, nunca descanso y no sé si será porque disfruto de lo que hago que nunca me siento cansada”, asegura.

A raíz del fallecimiento de su esposo, ella decidió involucrarse en la Federación Deportiva del Guayas. “Me metí en esto para apoyar a los jóvenes deportistas guayaquileños, y no lo hice antes porque Alberto no me dejaba, decía que ese era un mundo de hombres”.

Uno de los eventos más importantes en su vida profesional fue haber conseguido que se realizara el primer Campeonato Mundial de Fisicoculturismo, que fue hace dos años, aquí en Guayaquil.

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“Este lugar ha sido cuna de muchos deportistas, este era el gimnasio del norte y es por esta razón que nos sentimos como una gran familia”, dice Valeria, la hija mayor.

“Es una excelente jefa y persona porque nos permite prepararnos para participar en competencias que ella nos incentiva”, dice Alexis Aguirre, instructor del lugar.

Sus otros hijos, María Teresa, presentadora del programa En Contacto de Ecuavisa, y el menor, Carlos, también la apoyan y están junto a ella. Su actual pareja, Raúl Silva, asimismo, comparte con ella el gusto por el deporte.

Esta mujer amante de la gimnasia destaca mucho ese espíritu deportista de quien fue su esposo y asegura que mucho de lo que se logró fue gracias a él y a su motivación. "Él era un hombre muy deportista y por él se involucró toda la familia, sobre todo María Teresa, que empezó a correr desde pequeña motivada por el padre", cuenta.

Actualmente tiene 65 años, y aún su cuerpo refleja los años dedicados al deporte. Hace dos años se tuvo que operar la rodilla y por eso camina lento y con cuidado, ya que aún sigue en rehabilitación, pero ni eso consigue que ella se aparte de su querido gimnasio.

Con el pasar de los años, la actividad deportiva ha ido disminuyendo. “Ya la condición física no es la misma así que le he dado paso a la juventud”, concluye resignada María Teresa.

Dicen de ella Es una persona muy preocupada por todo, está siempre pendiente de que la casa, el gimnasio y nosotros, sus hijos, estemos bien”.Valeria Guerrero Hija