Ecuador se prepara para iniciar un programa de reproducción y crianza en cautiverio de las iguanas terrestres rosadas, una especie en peligro de extinción, única en el mundo, y que sólo se encuentra en un sector de un volcán de las islas Galápagos, catalogadas como Patrimonio Natural de la Humanidad.

Aunque por 1986 se habían avistado ejemplares de iguana de tono rosado (color diferente al de las dos especies conocidas hasta entonces) fue en 2006 cuando se les tomaron muestras de sangre que confirmaron que se trataba de otra iguana distinta a la conolophus subcristalus (presente en la mayoría de las islas) y conolophus pallidus (sólo en la isla de Santa Fe).

El monitoreo de la conoluphus Martahe (rosada), que mide 110 centímetros entre cuerpo y cola -unos 70 centímetros menos que las otras dos clases de iguanas terrestres de Galápagos-, se intensificó a partir de 2009, cuando fueron catalogadas oficialmente como especie, y se estima que hay entre 450 y 500 individuos.

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"Es una especie que necesita que se tomen medidas de manejo para garantizar la conservación", dijo a Efe Washington Tapia, responsable del departamento de Investigación Aplicada del Parque Nacional de Galápagos, un archipiélago donde también hay una especie de iguanas marinas.

Los expertos, con apoyo de la universidad Tor Vergata, de Roma, han estudiado la "historia natural" de la especie: dónde vive, cuándo y cómo se reproduce, cuál es su alimentación, factores fundamentales para iniciar un programa de reproducción en cautiverio en la isla Santa Cruz.

Ahora, la iguana rosada que -en términos humanos- es un poco más huraña y más territorial que las otras dos especies de iguanas terrestres, vive en el lado noreste del volcán Wolf, de la isla Isabela, desde aproximadamente los 1.300 metros sobre el nivel del mar a la cumbre, que tiene 1.700 metros.

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Son "únicas en el mundo entero; no existen ni siquiera en otro lugar de Galápagos, peor (menos) en otro lugar de mundo", dijo Tapia al señalar que aún no entienden por qué "está solamente en ese sitio y a esas altitudes si en términos evolutivos es una iguana mucho más antigua que las otras especies".

"Con toda seguridad habrá evolucionado en alguna isla que ya no está emergida, que desapareció hace miles de años porque las otras especies, genéticamente, divergieron hace un millón de años. Esta, lo que muestra la evidencia, es que lo hizo hace 5,7 millones de años. Bastante más antiguas que la propia isla (Isabela), incluso", dijo.

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Tapia asegura que los científicos del Parque Nacional Galápagos recién están aprendiendo sobre las iguanas rosadas y consideró "interesante" que hasta 2013 no se había encontrado más que adultos, pero "esta vez encontramos juveniles listos para reproducirse", dijo.

El Parque Nacional tiene previsto acondicionar un lugar para las iguanas rosadas en el centro de reproducción y prevé, a finales de año o inicios del próximo, llevar a Santa Cruz algunos adultos reproductores para empezar el programa, que resulta más complejo que los desarrollados con las tortugas.

Ello, porque las tortugas soportan bien la presencia humana, se adaptan con mayor facilidad al cautiverio y pueden vivir en grupo sin ningún problema, mientras que las iguanas "son mucho más hurañas" y los corrales deben ser diferentes para asegurar que no trepen y se escapen.

Además, Tapia explicó que "es difícil" lograr que acepten la alimentación y los vegetales que se les ofrece deben complementarse con suplementos de vitaminas y minerales obtenidos de las propias plantas.

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En lo físico, las otras dos especies de iguanas terrestres tienen una cresta "que parecen dinosaurios, con puntitas desde inicio de cola hasta donde empieza la cabeza", algo que no tienen las rosadas, de cuya existencia depende la de algunas especies vegetales.

Los expertos han encontrado que uno de los principales elementos de la dieta de la iguana rosada, que también presenta bandas negras en su cuerpo, es una planta llamada Lippia rosmarinifolia.

"Si no tenemos esta iguana perdemos la planta, porque no tenemos quien disperse sus semillas", subrayó al recordar que hay especies vegetales cuyas semillas necesitan pasar por el tracto digestivo de las iguanas para germinar.