La muerte de la jirafa Marius, un macho que fue sacrificado con una pistola neumática el domingo, provocó una ola de protestas en línea y debates en los medios sobre las condiciones de vida de los animales en los zoológicos.

El portavoz del zoológico de Copenhague, Tobias Stenbaek Bro, dijo ayer que él y el director científico del zoológico, Bengt Holst, han recibido varias amenazas por teléfono y por correo electrónico.

“Todos los hijos de los trabajadores del zoológico de Copenhague deben ser asesinados o deberían tener cáncer”, según un correo electrónico citado por el vocero.