Manifestantes opuestos al gobierno incendiaron ayer la sede de la presidencia bosnia y otros edificios oficiales en Sarajevo.

El humo se veía en varias ciudades bosnias mientras miles expresaban su furia por el desempleo en el país, que ronda el 40%, y la corrupción rampante que afecta a las instituciones.

Es el peor alzamiento social en Bosnia desde la guerra de 1992 a 1995 en la que murieron unas 100.000 personas tras la disolución de Yugoslavia.

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El centro de Sarajevo era un caos, con edificios y autos en llamas mientras la policía antimotines arrojaba gas lacrimógeno, perseguía a los manifestantes e intentaba dispersar a las multitudes.

Cerca de 200 personas resultaron heridas en el país por los enfrentamientos con la policía, según informaron autoridades de salud.