Al menos diez casquillos de bala calibre 9 milímetros quedaron esparcidos frente a un jardín de infantes y escuela particular en las calles 21 y Bolivia, en el suroeste de Guayaquil.

Eran las 07:50 de ayer cuando un hombre fue acribillado en el momento en que se disponía a encender su motoneta e irse del lugar. Segundos antes, había dejado en la puerta del centro de estudios a su hijo de cuatro años, según un allegado.

La víctima, identificada como Richard Fabián Flores Jácome, de 41 años, quedó tendida junto a su pequeño vehículo. De inmediato, un grupo de moradores lo llevó hasta el hospital Guayaquil, donde solo se comprobó su deceso.

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Las detonaciones no fueron estruendosas, contaron varios testigos, al señalar que el autor de los disparos habría utilizado un arma con silenciador. “Los disparos se escucharon bajitos”, dijo un morador.

No obstante, quienes observaron el crimen alertaron de lo ocurrido con sus gritos, mientras el criminal corría hacia la calle 20, en donde, al parecer, se embarcó en un vehículo.

“La gente comenzó a gritar cuando el señor cayó, y yo vi cómo el asesino corría rápido”, relató una mujer de la zona.

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Las actividades en el jardín y escuela continuaron con normalidad. Afuera, peritos de Homicidios y Criminalística acordonaron la escena del crimen para recoger las evidencias y receptar testimonios.

Félix Balladares, tío político de Richard Flores, contó que este era comerciante y que aparentemente no tenía enemigos. Acompañado de la conviviente del occiso, quien solo se limitó a exigir que se hiciera justicia, acudió al hospital Guayaquil para retirar el cadáver.

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Se supo que Flores tuvo supuestos vínculos con casos de narcotráfico. En la Función Judicial del Guayas hay ocho procesos en su contra.

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Procesos por narcotráfico tenía Richard Fabián Flores Jácome.

El asesino era un joven de unos 20 o 25 años, y tenía un pantalón azul (jean) y una camiseta celeste; lo vi cuando salió corriendo después del crimen”.N.N. Moradora