EL Jardín de Infantes Tomasito es uno de los centros de desarrollo inicial más antiguos ubicado en Urdesa.

Nació en 1976, cuando su fundadora, Carmela Varas Arteaga, tuvo la necesidad de renunciar a su trabajo de secretaria ejecutiva en un banco para cuidar de sus dos hijos. “Fue ahí cuando nació la idea de hacer un lugar para albergar a niños de familias de Urdesa y de quienes me conocían para que con confianza dejaran aquí a sus hijos pensando que este era su segundo hogar”, manifiesta la guayaquileña de 70 años.

Elegir el nombre, que a muchos inspira ternura, no fue tarea sencilla, cuenta Carmela. Luego de pensar en algunas alternativas decidió ponerle Tomasito, en honor a su padre, quien se llamaba Jacinto Tomás, y a su bisabuela Tomasa. “Mi papá fue criado por su abuelita, y yo siempre escuché de mi bisabuelita Tomasa lo bien que cuidó de mi padre”, dice.

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Recuerda también que luego de presentar su solicitud con ese nombre en la Subdirección de Estudios, el permiso le fue otorgado rápidamente y comenzó con 50 niños, de los cuales 25 eran peruanos, lo que para ella resultó algo irónico.

“Toda la vida se nos crió pensando que los peruanos nos habían quitado territorio, que no éramos muy amigos, y Dios me dio una oportunidad para que yo viera que todos somos iguales y más aún con unas criaturitas”, expresa.

Recuerda que en esa época, 1976, en Perú se vivían momentos difíciles por un golpe militar que obligó a muchas familias peruanas a emigrar hacia nuestro país.

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Aquel año, relata Carmela, el número de matriculados significó para ella un triunfo, sobre todo después de renunciar a su cargo, de ocho años, como secretaria de gerencia del banco La Previsora, en el que asegura tenía buen sueldo y era muy querida, “cuando este aún era un buen banco”, puntualiza.

Se graduó de bachiller contable en el colegio La Inmaculada y estudió secretariado bilingüe en un college en Texas (EE.UU.), por lo que pudo trabajar en compañías de aviación. Es la cuarta de seis hermanos de un hogar muy unido y lleno de valores, y cuenta con orgullo que su madre, doña Olga Arteaga, fue la primera Miss Manabí que hubo en el Ecuador.

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Querer estar cerca de su familia y acomodar sus horarios con el de sus hijos significaba algo importante para ella, por lo que decidió usar el terreno que había recibido como herencia de su padre para habilitar el jardín donde funciona hasta ahora en Víctor Emilio Estrada y Ébanos.

En aquel entonces la educación de párvulos empezaba a darse en nuestro país, por lo que ella se capacitó en seminarios que profesores de España y Argentina impartían en la ciudad. Asegura que Tomasito se convirtió en un jardín piloto. “Junto al profesor argentino Ricardo Viazuto ayudábamos mucho a otros jardines fiscales. Yo nunca tuve egoísmo en que la gente viniera a ver cómo trabajábamos porque siempre pensé en el beneficio de los niños”.

De sus aulas, cuenta, han salido hombres y mujeres de los cuales ella se siente orgullosa. Asegura que la formación impartida en las bases de la educación es primordial para alcanzar los logros, razón por la que muchos padres de familia y alumnos le guardan un profundo agradecimiento.

“Gracias a Dios, tengo muchos chicos que han salido de aquí y en la actualidad son personas importantes”, dice y nombra a Francesco Chesa, quien es médico cardiovascular; Ricardo Intriago, gerente de una empresa de telefonía móvil; su propio hijo, David Game, quien ahora es candidato a la Alcaldía de Samborondón; la actriz Priscila Negrón, entre otros, que recuerda con cariño.

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Añade que luego de llegar a tener 120 alumnos en el jardín, su directora le sugirió añadir la escuela, que duró quince años. Con las nuevas reformas del Ministerio de Educación, actualmente este jardín funciona como Centro de Desarrollo Inicial (CDI) con 20 alumnos, sin embargo, Carmela no descarta la idea de que más adelante su hija y nietos continúen con su labor.

“Me gustaría que mis hijos amplíen esto con una guardería, pero sería en otro lugar, porque ya Urdesa está llena de una población mayor”, comenta.

Dicen de ella Aparte de ser esposa y madre optó por un trabajo donde podía combinar todos sus roles, y que la ayudó a crecer, a posicionarse y convertirse en un ícono en la sociedad ”.Cinthya Game Hija