Días después de que los republicanos de la Cámara de Representantes dieran a conocer una propuesta para reformar el sistema migratorio, uno de sus partidarios dijo que es improbable que el proyecto de ley sea aprobado en este año electoral.

El legislador republicano Paul Ryan dijo que los republicanos desconfían tanto del presidente Barack Obama, que no cree que la Cámara de Representantes -donde este partido tiene mayoría- apruebe alguna iniciativa migratoria. Agregó que un plan que prioriza la seguridad sólo pasará si los congresistas creen que la administración lo aplicaría, una idea poco probable dada la profunda aversión republicana por Obama.

"Esto no es 'confía pero verifica', sino 'verifica, luego confía''', dijo Ryan.

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La semana pasada, los republicanos de la Cámara de Representantes dieron a conocer sus enormes preocupaciones por cualquier reforma migratoria, pero enfatizaron que asumirán el reto punto por punto.

Los republicanos han tratado de culpar a la Casa Blanca por el fracaso de la reforma migratoria, incluso antes de que se conforme una iniciativa en la Cámara de Representantes. El líder de la mayoría Eric Cantor dijo que "hay mucha desconfianza de que esta administración aplique la ley". El senador republicano Marco Rubio advirtió la semana pasada que la desconfianza hacia el presidente podría imponerse al deseo de hallar una solución para las casi 11 millones de personas que viven en Estados Unidos sin permiso legal.

"Simplemente no creemos que el gobierno aplique la ley de cualquier forma", agregó Rubio, al reseñar sus conversaciones con colegas del partido.

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Los republicanos están buscando que el tema se aborde por partes y que la seguridad sea prioridad antes de contemplar un camino a la ciudadanía para quienes ingresaron sin permiso al país.

Esa estrategia se opone a un proyecto más amplio que ya fue aprobado en el Senado -donde los demócratas son mayoría- con apoyo bipartidista y que incluye un largo y complejo proceso para adquirir la ciudadanía.

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Mientras, la Casa Blanca regresó a su postura de que cualquier proyecto debe incluir un camino para que aquellos que ya viven sin permiso en Estados Unidos obtengan la ciudadanía y que ese sistema no divida a los estadounidenses en dos clases, ciudadanos y no ciudadanos.

"Debemos ver un camino a la ciudadanía para las personas", dijo el domingo el secretario general de la Casa Blanca, Denis McDonough.

"No queremos tener una separación permanente de clases o dos clases permanentes de estadounidenses en este país".

La semana pasada, Obama indicó que estaba abierto a ofrecer un estatus de legalidad que no necesariamente sea la ciudadanía, dando indicios de que podría encontrar un terreno común con los republicanos de la Cámara de Representantes.

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"Haré todo lo que pueda en los próximos meses para ver si podemos llevar esto a la línea de meta", dijo el mandatario el viernes.

La flexibilidad de Obama fue una clara indicación de su deseo de asegurar que un esquivo logro legislativo llegue antes de que los electores decidan si le entregan más oposición en el Congreso. Se espera que los republicanos mantengan su control en el Cámara de Representantes y tienen una legítima oportunidad ser mayoría en el Senado.